Las familias de los dos guardias asesinados por Igor el Ruso en Teruel, Víctor Jesús Caballero y Víctor Romero, así como la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) han pedido al Juzgado de Instrucción Número 2 de Alcañiz, que investiga los crímenes, que valore “la responsabilidad civil y subsidiaria del Estado” en este caso.

Los demandantes consideran que el Estado es el responsable final del triple asesinato cometido por el ciudadano de origen serbio Norbert Feher, el pasado 14 de diciembre, en una masía de Teruel porque no se previó un dispositivo adecuado para la búsqueda y captura de un delincuente “considerado peligroso”.

15 días en la zona sin un dispositivo especial de búsqueda
Igor el Ruso estuvo durante 15 días oculto en la zona, después de “dos intentos fallidos de asesinato en Albalate del Arzobispo”, el cinco de diciembre, y de “ser autor de numerosos robos con fuerza”. Además, sobre él pesaban “órdenes internacionales” en las que se advertían de dos asesinatos en Italia”.

Según señala la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) en su escrito al juez, a pesar de estos antecedentes, “no se realiza un trabajo eficaz” para la localización y detención de Igor el Ruso. A su juicio, hubo “una falta de prevención” por parte de “funcionarios de la Administración” y, por ende, “una actuación omisiva” que achaca a “la Guardia Civil”.

“No se cumplieron los protocolos adecuados ni se dispuso de un dispositivo que se requería para buscar a un delincuente muy peligroso”, explican fuentes jurídicas de la AUGC a El Plural.

Un chaleco que no paró las balas
En su escrito a la jueza, fechado el 19 de junio, al que ha tenido acceso El Plural, la AUGC afirma que “la orden dada a los dos miembros del equipo ROCA ( al que pertenecían los guardias) para ver que ocurría en el vehículo donde les esperaba el investigado, se da, sin ninguna prevención, con absoluta improvisación y sin reparar en la emboscada a la que se enfrentaban, cuando era previsible”.

Los agentes se enfrentaron al peligro sin los medios adecuados. El chaleco antibalas de Víctor Jesús Caballero Espinosa, suministrado por Interior, no consiguió parar los disparos de la  pistola Beretta de calibre 9mm que portaba Igor el Ruso. “Era dos talllas menor que la que requería el agente”, según denuncia la AUGC. En cuanto a Víctor Romero, el chaleco que llevaba lo había adquirido por sus propios medios.