El Papa Francisco ha pronunciado unas palabras que, aunque nada tengan que ver con la compra del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero, evocan automáticamente el asunto. El Papa ha defendido ante los obispos italianos la pobreza evangélica, que es "madre y muro de la vida apostólica" y que él aprendió como jesuita. "La pobreza evangélica hace nacer y protege la vida apostólica. Quien tiene fe no puede hablar de pobreza y vivir al mismo tiempo como un faraón. Es un 'anti-testimonio'. Es escandaloso gestionar los bienes de la Iglesia como si fuesen personales".

Para el Papa, la Iglesia debe gestionar con ejemplaridad, con reglas claras aquello por lo que un día rendirá cuentas. "Soy consciente y reconozco que en la Conferencia Episcopal Italiana se ha hecho mucho en los últimos años, pero todavía se debe hacer más", ha dicho durante el discurso de apertura de la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).