Conocida como Maruxa da Laxe, Maruxa Bouza Muñio es la protagonista de un vídeo que se convirtió recientemente en todo un viral en las redes sociales, y que había grabado su amiga Carmiña Couce. Ambas son vecinas de San Sadurniño, y junto a otras tres mujeres participan en un programa desarrollado mediante el Aula Cemit, cuyo objeto es difundir los valores del trabajo en el mundo rural.

Las dos amigas están gozando la fama gracias a la aparición de una planta de marihuana en el huerto que cultiva Maruxa. Esta mujer de 69 años explica que el experimento que están compartiendo consiste en plantar especies que no son propias de la zona, tales como cacahuetes, azafrán, trigo sarraceno, jengibre, lentejas, ruibarbo o garbanzos castellanos. Y así sin buscarlo, la plantación incluyó un ejemplar que Maruxa desconocía.

¡Maruxa solo quería un paquete de alimento para loros!

La historia comenzó en el momento en que los pájaros y los ratones le echaron a perder las plantas de cacahuetes, razón por la que decidió comprar un paquete de alimento para loros, que incluía semillas de maní sin tostar. Maruxa explica que lo sembró todo y salieron girasoles y cacahuetes, pero en medio apareció una planta rara, que ella no sabía qué era. Miró en Internet, y descubrió que se trataba de marihuana.

Maruxa tenía allí la planta, sin haber sembrado semillas marihuana​ ni nada por el estilo. Pero había una planta más, que no era exactamente igual. Cuenta que le dijeron que había machos y hembras, pero no sabe si es así o no.

El resultado del experimento dio mucho de sí

Tal como cabía esperar, un descubrimiento como este dio lugar a muchas bromas. Entre ellas destaca aquella que Maruxa y Carmiña reflejaron en el vídeo, en el que se preguntaban si irían a la cárcel si las descubrían, o si la marihuana se esnifa o es para fumar. Entre carcajadas, ambas mujeres se preguntaban la una a la otra si habían consumido ya algo, o si bien era el ambiente el que provocaba su buen estado de humor.

La planta no llegó a buen puerto, ¡le llegó su hora!

El desenlace fue que la planta muró por sí sola en el huerto de Maruxa cuando le llegó el momento. Es probable que, en caso de que se enricen las semillas de nuevo, este año la plantación sea mayor aún. La familia de Maruxa acogió con sorpresa el nuevo cultivo de esta mujer, tal como cabía esperar.

“Mis hijos se rieron mucho” cuenta Maruxa, igual que su marido y sus vecinos en general. Los cacachuetes sí salieron bien, ya que maduraron sin problemas. La mujer invita a los demás a seguir el experimento que ella está realizando, junto con otras cuatro vecinas de San Sadurniño. Califica como “experiencia muy valiosa” la que está viviendo gracias al Aula Cemit, y que les da la posibilidad de demostrar que en su zona también se pueden cosechar cultivos propios de otras latitudes.