Tras días de ensayos y pruebas de iluminación y vestuario, los españoles Alfred y Amaia afrontan las últimas 48 horas antes de la final de Eurovisión “impacientes” y con “energía”, según afirman en una entrevista con Efe en la que sostienen que su mejor plan para esa noche es dormir.

“Estamos muy tranquilos, con energía e impacientes por actuar y saber qué pasa, pero estamos muy tranquilos”, asegura Amaia en un hotel cercano al estadio del Altice Arena, donde el sábado se escogerá la considerada mejor canción de Europa.

Sin discurso de victoria preparado por si ganan, lo que sí está ya pensado es la posible reacción tras la gala del sábado, con independencia de la posición en la que queden. “La fiesta va a ser dormir”, zanja Alfred, mientras asiente Amaia.

Aunque la ganadora de Operación Triunfo, ante las preguntas de los periodistas sobre qué harían si ganasen el festival, Amaia responde con una sorprendente apuesta: “No sé, pues un piercing en el pezón”.

Cambios en la actuación ante las críticas

Los representantes españoles, sumergidos en una vorágine de entrevistas y conexiones en directo de ritmo agotador, tienen la agenda repleta desde que aterrizaron en Lisboa hasta casi el mismo momento en que arranque su actuación final, para la que se han hecho importantes mejoras.

Cambios que Alfred resume como “lo necesario para que nos sintamos a gusto y sea la idea que habíamos trabajado desde el principio con Gestmusic”, es decir, “algo sencillo”, y que se basa, sobre todo, en la iluminación.

Los efectos de luces, tan tímidos en los primeros pases que dejaron algo fría a la prensa española y también a buena parte de la internacional, fueron objeto de especial atención por parte de la delegación española, que pidió algunas alteraciones.

“Es verdad que el primer ensayo que tuvimos, cuando vimos la iluminación, no encajaba mucho con la idea que traíamos nosotros, pero bueno, fue cuestión de hablarlo y ya se arregló, y ahora estamos muy contentos, es lo que más le pega a la canción, que es muy íntima, muy personal, entonces al final la iluminación acompaña”, cuenta Amaia.

Con todo, “al final no es lo importante, es solo adorno”, matiza.