Las personas con cáncer tienen mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, razón por la cual se ha puesto en marcha en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Mardrid, una Unidad de Cardio-Oncología.

“A día de hoy sabemos ya que detrás de la patología oncológica puede haber alteraciones de la función cardiaca que vienen dadas por la propia enfermedad tumoral o por el tratamiento”, explica a ELPLURAL.COM el doctor Jesús García-Foncillas, codirector de esta unidad junto al cardiólogo intervencionista Borja Ibáñez. “Basalmente ya tienen más riesgo que la población normal”, añade este médico, a lo que se suma que “entre los posibles efectos secundarios de los tratamientos está el de provocar un daño en el sistema cardiovascular”. “Todo depende del tipo de agente quimioterápico que se utilice y de la dosis”, subraya Ibáñez, pero las más empleadas, por ser las más eficaces, son las antraciclinas, las cuales pueden provocar que hasta un 20 % de los pacientes desarrollen disfunción en el corazón”, precisa.

A esto hay que añadir, además, apunta el doctor García-Foncillas,“el estrés que provoca el diagnóstico, que también puede tener sus efectos en la sección cardiaca”.

Prevenir y actuar a tiempo

El objetivo de esta nueva inciativa es ofrecer al paciente, desde el momento inicial del diagnóstico y la puesta en marcha de los tratamientos, “una valoración contínua de la función cardiaca”, explican quienes están al frente de la recién creada unidad. “Se hace una valoración inicial de todos los enfermos y a continuación un seguimiento, con el fin de para poder implementar a tiempo un tratamiento o modificar el quimioterápico”, apunta el doctor Ibáñez.

No solo se trata al paciente que tiene el problema sino que se detecta quien puede llegar a tenerlo. “Queremos anticiparnos al momento en que la enfermedad se manifiesta de forma clara, ya que en muchos casos cuando esto pasa, es tarde”.

De este modo podemos adoptar medidas que eviten complicaciones que puedan añadirse a la patología neoplásica o, en caso de que no sea posible, corregirlas a tiempo y minimizarlas”, insiste el doctor García-Foncillas.

Dado que esta Unidad de Cardio-Oncología está integrada dentro de Oncohealth, el Instituto Oncológico de la Fundación Jiménez Díaz por el que pasan todos los casos de cáncer no solo de este hospital sino también del Infanta Elena, el Rey Juan Carlos y el General de Villalbase beneficiarán de ella los pacientes de las cuatro instalaciones.

La investigación, pieza clave

Pese a que existen algunas otras inciativas de este tipo en España, la unidad del HUFJD es pionera porque suma a la parte asistencial la investigación. “Lo que más la diferencia de cualquier otra unidad de cardio-oncología del país, e, incluso, de Europa, es que tiene asociados dos programas de investigación conjuntos de cardiología y oncología que van de la mano de la asistencia clínica”, destacan sus directores.

Sabemos que algunos pacientes que han superado un cáncer, con el tiempo, pueden tener alguna alteración cardiológica y queremos estudiar qué mecanismos subyacen a ese incremento de riesgo cardiovascular”, detalla el doctor García-Foncillas. El fin es claro: “desarollar mecanismos y procedimientos de vigilancia, de control y de puesta en marcha de otras alternativas, tanto desde el punto de vista diagnóstico como terapéutico”, aclara. “Hay determinadas proteínas en sangre que pueden indicarnos una alteración cardiológica, al igual que una resonancia magnética cardiaca puede permitirnos conocer precozmente un daño incipiente del corazón que no veríamos hasta mucho después con una prueba estándar. La calve es adelantarse y actuar.”, mantiene.

En este sentido, la Unidad de Cardio-Oncología de la Fundación Jiménez Díaz participa también en el programa de investigación del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) en el que el doctor Ibáñez es también director del Departamento de Investigación Clínica. “Aquí teníamos ya una línea de investigación en la que llevamos trabajando cuatro años tratando de detectar de forma muy precoz el daño en el músculo cardiaco asociado al uso de quimioterápicos”, cuenta a este medio. “Ahora haremos proyectos conjuntos con la Unidad de Cardio-Oncología”, apunta.

Profesionales de prestigio internacional

La Unidad de Cardio-Oncología de la Fundación Jiménez Díaz está llamada a ser un referente nacional por la excelencia clínica, docente e investigadora de sus servicios y especialistas. Junto a los dos directores de la misma, ejemplos de talento nacional recuperado tras su paso por Estados Unidos en Houston y Nueva York, está también médicos de la talla del doctor José Tuñón, jefe asociado del Servicio de Cardiología de la Fundación Jiménez Díaz y la doctora. Ester Macía, cardióloga del mismo servicio.