Investigadores de la Universidad de Turku (Finlandia) han desarrollado una aplicación para dispositivos móviles que permite detectar una fibrilación auricular sin necesidad de dispositivos adicionales, lo que puede ser clave para la prevención de accidentes cerebrovasculares o ictus.

La aplicación ha demostrado una eficacia del 96%, al haber sido capaz de reconocer de forma automática prácticamente todos los casos, con un número muy bajo de falsos positivos, según los resultados publicados en la revista Circulation.

Los acelerómetros en los teléfonos inteligentes
La aplicación ha tardado varios años en desarrollarse dado que la fibrilación auricular es difícil de detectar, pero el paso adelante se produjo cuando comprobaron que era posible analizar micromovimientos en el tórax mediante pequeños acelerómetros.

"La mayoría de teléfonos inteligentes tienen acelerómetros. Y como casi todo el mundo tiene uno, decidimos desarrollar una aplicación simple que pudiera usarse para detectarla", ha explicado Tero Koivisto, uno de los autores de la investigación. El profesor de Cardiología Juhani Airaksinen ha añadido que es la primera vez que una aplicación logra resultados tan fiables que puedan ser realmente beneficiosos para la atención médica de un paciente. "Si todos pueden medir con un teléfono móvil si tienen fibrilación auricular, tenemos la posibilidad de derivar a los pacientes directamente al médico para que se les hagan pruebas adicionales, por lo que su potencial en términos de ahorro también es significativo", ha puntualizado.

300 pacientes participaron en el estudio

En el estudio participaron un total de 300 pacientes con problemas cardiovasculares, incluyendo diferentes dolencias como insuficiencia cardiaca, una enfermedad coronaria o hipertrofia ventricular, de los que la mitad presentaban fibrilación auricular sin que los investigadores supieran quienes eran.

Tras los datos recogidos, los investigadores pretenden que la aplicación pueda estar disponible lo antes posible dado que creen que puede tener repercusión a nivel mundial. De momento, la patente pertenece a la empresa Precordior, que pertenece a la Universidad de Turku.

"La compañía está negociando con inversores de Silicon Valley y el este de Asia, el interés por esta nueva tecnología nos ha sorprendido y creemos firmemente en su potencial", ha destacado Tuomas Valtonen, consejero delegado de la compañía.