"Nada hay más alejado de los valores democráticos que reírle las gracias al terrorismo", con este argumento ha pedido hoy la Fiscalía condenar a dos años de cárcel a un tuitero que publicó en 2016 siete mensajes de alabanza a ETA y de menosprecio a sus víctimas.

El inicio del juicio, que se ha celebrado hoy en la Audiencia Nacional, ha sido a puerta cerrada a petición de la abogada defensora, que alegaba que el acusado -identificado en su DNI como Mari Flor M.G.- se encontraba en un proceso de cambio de sexo -ahora se hace llamar Luis- y por tanto su derecho a la imagen podía verse vulnerado con la presencia de cámaras y periodistas.

En la fase testifical, el tribunal ha acordado que la vista fuera pública y, si bien no se ha podido escuchar la declaración del acusado, al hacer este uso de su derecho a la última palabra se ha conocido en qué basaba su defensa, fundamentalmente en que cuando escribió "semejantes atrocidades" no estaba en sus "cabales".

Ha admitido así la publicación de los tuits por los que se le acusa de un delito de enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas en los que justificaba "el uso de la violencia contra autoridades públicas" y menospreciaba a víctimas de ETA como Irene Villa, Miguel Ángel Blanco o José Antonio Ortega Lara.

No obstante, ha alegado que, partiendo de la base de que "nadie merece morir, ser secuestrado o atacado", cuando escribió esos mensajes pasaba por una situación "de abuso, maltrato y ataques de personas de ultraderecha" y ha justificado sus reacciones en Twitter como fruto de un "brote psicótico", dicho "por el psicólogo, el psiquiatra y por mi madre si pudiera".

"He estado casi un año sin salir de casa del miedo que tenía. En ningún momento ninguna persona en su sano juicio diría semejantes atrocidades, pero no estaba en mis cabales. Ahora que estoy bien y soy consciente jamás diría eso".

Esta ha sido su principal línea de defensa y de hecho su abogada ha pedido que, de ser condenado se le aplique una atenuante o eximente por problemas de percepción desde la infancia, pero el médico forense ha dictaminado que, pese a sus especiales circunstancias, en ningún momento ha tenido afectadas sus capacidades volitivas.

Al elevar a definitivas sus conclusiones provisionales, la fiscal María Antonia Sanz ha planteado no obstante la posibilidad de condenarle de forma alternativa por un delito de odio a un año y 4 meses de cárcel, si bien ha sostenido que no existe "ni medianamente acreditada" esa eximente.

Se trata, ha añadido, de "mensajes crueles" sobre víctimas del terrorismo etarra. "Son mensajes escritos, lo que tiene una posibilidad de reflexión más elevada que cuando se habla".

Ha recordado que son comentarios aludiendo a la "acertadísima actuación de ETA" o de incitación a la violencia pidiendo "tiros en la nuca" o "te quiero ver muerto", que además no están vinculados con un acontecimiento que merezca una critica sino que es "un tono violento regular dirigido contra ciertos colectivos y no una critica relacionada con acontecimientos o decisiones políticas".

"La crítica más feroz se puede hacer sin llamar a pedir tiros en la nuca, para eso no hay que humillar a las víctimas del terrorismo, eso no tiene nada que ver con la libertad de expresión".

Lo que se observa es "una selección de víctimas lacerantes del terrorismo para hacer pretendidas manifestaciones jocosas o chocantes", y "nada hay más alejado de los valores democráticos que reírle las gracias al terrorismo", ha concluido.