Hace casi tres años echó andar Oncohealth, el Instituto Oncológico del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, por el que pasan todos los casos de cáncer de este centro y de los hospitales universitarios Infanta Elena, Rey Juan Carlos y General de Villalba.

El fin era “generar un espacio de colaboración y trabajo real en equipo entre todas las especialidades que conforman la atención integral del paciente oncológico, desde el diagnóstico en la vertiente radiológica y anatomopatológica, hasta el tratamiento, considerando dentro de él las opciones quirúrgicas, radioterapéuticas y de oncología médica”, cuenta a ELPLURAL.COM su director, el doctor Jesús García-Foncillas.

El instituto tiene toda una base de investigación que lo sustenta, lo que “permite trasladar con la mayor celeridad posible los avances de la investigación desde nuestros laboratorios hasta el paciente”, señala. Esto “hace factible aportar técnicas novedosas en el diagnóstico, conocer cuál es el perfil genómico que nos ayuda a entender la base biológica que subyace en cada una de las enfermedades, nos aporta información sobre el pronóstico y nos da claros datos sobre qué tratamientos pueden ser los más eficaces en cada caso y en cada momento”.

Toda la atención oncológica de estos cuatro hospitales madrileños está centralizada en Oncohealth, de manera que no importa en cuál de ellos esté el paciente. Un amplísimo equipo disciplinar discute cuál es la mejor opción, la de mayor eficacia, lo que se traduce en el “máximo beneficio terapéutico con la menor toxicidad posible”, apunta su responsable. Esto se hace, además, a lo largo de todo el proceso de la enfermedad. La estrategia a seguir se toma en consenso y “vamos adaptando la estructura y cambiando las opciones en caso de que sea necesario”. Si en el curso de la enfermedad, los resultados no son los esperado, se reestudia el caso.

El objetivo está claro: “eliminar el tumor” y, si no es posible hacerlo, conseguir que “el paciente tenga el mayor tiempo de vida con la mayor calidad posible”.

Cada cáncer es distinto

Si algo tienen claro los especialistas que conforman este instituto es que el cáncer no es una única entidad, sino muchas. “Cuanto más sabemos al respecto, más lo constatamos. Incluso en casos que antaño podíamos pensar que correspondían a un sólo tipo de tumor, como el cáncer de colon, el de mama o el de pulmón, hay múltiples subtipos”, destaca el doctor García-Foncillas.

Por ello resulta de vital importancia “saber qué características moleculares le hacen corresponder a un subtipo concreto”, ya que el pronóstico y la manera de abordar la enfermedad cambia.

Equipo multidisciplinar y especializado

Entre las grandes ventajas de un instituto de estas características está la posibilidad de ofrecer al paciente la visión de un equipo multidisciplinar, en el que cada médico aporta lo mejor de sí mismo.

Se ofrecen más y mejores pistas de cómo diagnosticar la enfermedad, pero también de cómo abordarla buscando los mejores tratamientos.

Del mismo modo, los profesionales que lo integran están todos dedicados y, por tanto, especializados en cáncer: patólogos, radiólogos, psicólogos...

Apoyo al paciente y su entorno

Otra parte importante del instituto tiene que ver con el apoyo al paciente y a todo su entorno. “Nos preocuparnos por el bienestar del enfermo y de los que le rodean, de manera que hay todo un equipo de psicooncología, de atención social y de control de síntomas pendiente de los casos”, subraya el director de Oncohealth. “Se aborda todo lo que puede ayudar en su calidad de vida”, añade.

Labor de prevención

Del mismo modo, se trabaja también en el campo de la prevención. Solo a través de medidas que permitan reducir la probabilidad de aparición de un cáncer y el diagnóstico precoz se puede conseguir cambiar el escenario actual de la enfermedad, en el que las cifras de incidencia no dejan de crecer, en parte, por el cambio de nuestros hábitos de vida.

El doctor García-Foncillas confía en que la tendencia se pueda revertir poniendo en marcha acciones que reduzcan los factores de riesgo y aumentando las campañas de diagnóstico precoz, las cuales han permitido que, aunque se diagnostiquen casos, haya posibilidad de hablar de curación, lo que hace años era poco realista”.

“Hay que afrontar la enfermedad pensando que nos puede pasar a todos, pero también hay que dejar de mirarla como un tabú o una lacra”, sentencia este médico.

Cada vez más opciones

En lo que respecta al abordaje de la enfermedad, ésta ha dado un importante giro en positivo en los últimos años.

“Afortunadamente, hoy en día, en el panorama de la Oncología, la pléyade de opciones terapéuticas es amplia y las opciones de combinación permiten multiplicar las posibilidades de conseguir mayor eficacia”, destaca el director de Oncohealth.

La inmunoterapia, por ejemplo, “es un arma terapéutica de grandes dimensiones en términos de eficacia, pero no en todos los casos ni en todas las fases de la enfermedad”, apunta. “Ahora mismo buscamos los casos en los que este proceso puede ser más determinante para alcanzar la curación. Hay otros casos, sin embargo, donde no encontramos tanta eficacia como esperábamos”, matiza.

La biopsia líquida es otro de los avances más revolucionarios de los últimos años. “A través de una simple muestra de sangre, podemos saber en qué punto de la evolución biológica se encuentra el tumor y qué tratamientos pueden ser más eficaces”, explica el doctor García-Foncillas. Pero sus ventajas no acaban aquí, dice, porque también permite “tener un primer elemento de juicio muy precoz de si el tratamiento que hemos puesto funciona”.