La ecografía que se realizan las mujeres gestantes en torno a la semana 20 de embarazo ha sido durante años una pieza clave para el diagnóstico de las malformaciones fetales.

Sin embargo, en la actualidad, el desarrollo de los equipos y la especialización del personal, han permitido que con tan solo 12 semanas de gestación ya se pueda llevar a cabo un examen detallado de la anatomía de los fetos, coincidiendo con el screening de alteraciones cromosómicas.

“Realizar una ecografía morfológica en el primer trimestre ofrece la posibilidad de

de diagnosticar buena parte de las malformaciones fetales de forma temprana” explica a ELPLURAL.COM el doctor Daniel Abehsera, coordinador de la unidad de diagnóstico prenatal del Hospital Quirónsalud de Málaga.

Si bien “no permite ver todo lo que se aprecia en la ecografía de las 20 semanas, porque en ese tiempo el feto está mucho más desarrollado”, destaca, “sí hace que podamos adelantar muchas cosas”.

Desde el cráneo hasta las extremidades

A través de la ecografía morfológica se observa el desarrollo de los huesos del cráneo, las estructuras cerebrales, los ojos, los huesos de la cara y los pulmones.

Del mismo modo, “podemos comprobar que no haya hernia diafragmática congénita, medir el tamaño del corazón y ver si su situación es la correcta y si la frecuencia cardíaca es normal”, apunta este especialista en obstetricia y ginecología.

En la prueba se corrobora también la situación y el tamaño del estómago, la vejiga urinaria y los riñones y se descartan defectos de cierre de la pared abdominal fetal y en la inserción en el abdomen del cordón umbilical.

“Se evalúa si la alineación de las vértebras fetales es correcta y la integridad de la piel que recubre la espalda fetal, así como la orientación y movilidad de brazos y piernas”, cuenta el doctor Abehsera.

Pero además de todos estos aspectos relativos a la salud del feto, la ecografía permite conocer cuál es el sexo del bebé.

Medios técnicos y humanos

Para llevarla a cabo se necesita “un ecógrafo de alta resolución y personal entrenado”, subraya este especialista del hospital malagueño.

Por norma general se trata de una prueba que “no se practica por defecto, sino a las pacientes que tienen un alto riesgo de presentar una malformación o a las que se les ha hecho un estudio más detallado por otro motivo”, indica, pero “cualquiera la puede solicitar”.

“Este tipo de diagnóstico está orientado a la detección precoz de alteraciones cromosómicas, sobre todo al síndrome de Down”, puntualiza el doctor Abeshera, quien, no obstante, recomendaría la prueba a todas las mujeres, dado que “aunque no sustituye a la de la semana 20, es un buen complemento”.

Importantes ventajas

La ecografía morfológica precoz tiene importantes ventajas, empezando por el hecho de que es una prueba no invasiva. “Podemos informar mucho antes a los futuros padres, de manera que si detectamos una malformación severa no compatible con la vida, se puede interrumpir el embarazo estando éste mucho menos avanzado, lo que provoca menos dolor”, afirma este especialista. Del mismo modo, en los casos que requieren más atención “podemos realizar un seguimiento más estrecho”, concluye.