El rey emérito Juan Carlos I era el regalo sorpresa con el que se encontró Iñaki Urdangarin en su residencia de Ginebra, en Suiza, con motivo de su 50 cumpleaños. Algo que demuestra que no sólo la reina Sofía y la infanta Elena son los apoyos de Cristina e Iñaki: también el cabeza de familia está de lado de la infanta, su debilidad. Juan Carlos viajó a Suiza al igual que hiciera su esposa, la reina emérita, aunque en aviones y horarios diferentes.

Según ha constatado Vanitatis, Juan Carlos I ha viajado por primera vez, que se sepa, a Suiza desde que Urdangarin y Cristina viven allí, donde se mudaron para huir de las presiones vividas en su lujoso chalet de Barcelona y esperar a la sombra de los Alpes el posible ingreso en prisión de Iñaki por su condena en el caso Nóos.

Hasta ahora, Juan Carlos I no se había dejado ver en el chalet de 12 habitaciones que Cristina y Urdangarin comparten con sus cuatro hijos en la Rue des Granges, zona histórica de Ginebra. Pero esta vez, el rey emérito ha pasado por la ciudad suiza para celebrar el cumpleaños de su yerno, donde faltaron la infanta Elena y Felipe VI.

El número 50 podría ser el último cumpleaños de Urdangarin en libertad, pues está a la espera de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre su condena en el caso Nóos, donde la Fiscalía le pide 10 años de cárcel. Una situación que ha provocado la “grave enfermedad” que, según la prensa portuguesa, sufre la infanta Cristina. Una “depresión” provocada por la situación judicial de su marido.