Para conocer este caso hay que retrotraerse al 28 de abril de 2016, cuando Hacienda se presentó en las oficinas del Fútbol Club Barcelona por tercera vez con el fin de proseguir con la inspección general que estaban llevando a cabo a la entidad azulgrana. Esta tercera visita, el fisco fijó su interés en los pagos del conjunto culé a la Fundación Leo Messi entre los años 2010 y 2013.

Lo que investigaba Hacienda es si esas donaciones – con una deducción del 35% para el Barcelona – formaban parte del salario del jugador argentino. Estas partidas estaban destinadas directamente a Messi, por lo que se acrecentó la duda del fisco. Existía un plus si el jugador ganaba el Balón de Oro y estas concluían si el rosarino abandonaba la disciplina del equipo catalán.

Tras esto, Hacienda se cuestionó si tanto el club como la fundación cumplieron con las obligaciones fiscales. Hay que señalar que las donaciones se benefician de deducciones. No obstante, para que esto ocurra, es necesario que la Fundación Leo Messi se haya registrado, hecho que no ocurrió hasta el año 2013 pese a que la entidad se fundó en 2007.

Estos documentos, filtrados por Football Leaks y difundidos por Der Spiegel y El Mundo, revelan que el Barcelona pagó a la Fundación al menos 7,5 millones de euros durante estos años.

Según desvela el diario El Mundo, fuentes cercanas a la investigación aseguran que el caso sigue abierto. Además, según asesores del Barcelona, era “altamente previsible” que la relación entre el conjunto culé y la Fundación se considerara como un delito contra Hacienda.

¿Intención de fraude?

Las pesquisas continúan y los inspectores, poco después de abrir la inspección, se preguntaron por qué los pagos fueron registrados como “servicios de profesionales independientes” si la fundación mantenía un vínculo con personas adheridas al club mediante relaciones contractuales.

La preocupación crecía exponencialmente a medida que las investigaciones de la Agencia Tributaria avanzaban. Los documentos que filtra Football Leaks muestran cómo el Barcelona consideró esos pagos como aportaciones a una fundación y aplicó una deducción del 35% en el Impuesto de Sociedades y no retuvo el IRPF. Esto puede provocar que Hacienda estime que los pagos forman parte del sueldo del jugador, el fisco reclamaría las cantidades correspondientes a las deducciones anteriores.