Ya ocurrió masivamente la pasada jornada, también en Madrid, pero sin estar el Barcelona presente. Sí lo estaba su vecino, el RCD Espanyol, que durante la jornada del 1 de octubre visitaba un Santiago Bernabéu que respondió a la consulta catalana tiñéndose de rojo y amarillo con cientos de banderas de España.

Dos semanas después, el testigo ha pasado a manos del Atlético de Madrid. También en la capital madrileña, y con los blaugranas ya presentes, el Wanda Metropolitano coreó el ‘Que viva España’ antes de que se iniciara el partido. Minutos después, el campo se llenaba con banderas de España, repitiendo el mismo protocolo que se siguió en la Castellana.

Además, los primeros compases del encuentro resultaron ser familiares para Gerard Piqué. Volvió a ser el más pitado desde la grada, aunque con el paso de los minutos la intensidad del público sobre él fuera menguando.

La atadura del Barcelona

¿Qué podría esperarse de todo esto? En las últimas tres semanas se ha respirado una tensión entre España y Cataluña que nunca antes se había vivido. Los vecinos de cada provincia de Cataluña salieron a la calle en señal de protesta y reconocimiento, mientras que en otros puntos de España se quiso imitar el mismo compás, apostando por la unión del país.

Todo esto, evidentemente, se ha transmitido al fútbol. El Camp Nou llevaba años siendo el foco neurálgico desde donde expresar al mundo el sentir de Cataluña -al menos de un sector-. Miles de banderas independentistas relucían en partidos de gran impacto y pasado el minuto 17 el público coreaba el conocido “INDEPENDENCIA”.

En este aspecto, no muchos piensan que mezclar política y deporte sea la mejor manera, precisamente, de gestionar una entidad deportiva. Ahora el clima contra el Barcelona avisa de chubascos.

Respuesta de otros campos

Tras lo vivido en el Bernabéu y en el Wanda Metropolitano, ¿cabe esperar otra respuesta parecida? Lo más seguro es que sí. El Barcelona todavía tiene que jugar en el Santiago Bernabéu, donde es más que probable que el recibimiento sea ese. Además, hay que contar con otros campos como Mestalla -también se hicieron oir durante el 1-O-, el Sánchez Pizjuán o el Benito Villamarín, entre otros.

La veda ha quedado abierta, y la duda está en cuándo se frenará esta guerrilla de banderas que tiene fecha de salida pero no de caducidad, al menos de momento.