Tampoco es difícil imaginarse a una Selección Catalana saltando a los terrenos de juego. De hecho, ya existe una, aunque no disputa un partido amistoso desde el pasado 28 de diciembre de 2016. Aquel día se enfrentó a Túnez en el campo de Motilivi, en Girona, con victoria tunecina en penaltis tras empatar a tres.

A día de hoy, Cataluña no cuenta con el amparo de ser reconocida por la FIFA como una selección de fútbol oficial. En su día se incluyeron a Kosovo o Gibraltar, esta última a pesar de la negativa de España, y en la cola se amontonan otras tantas como Chipre del Norte, las Islas Malvinas o el Sahara Occidental.

¿Esto implica que el hecho de ser independiente traiga consigo un consentimiento oficial de la FIFA? Más bien podríamos decir que se daría un pequeño paso para conseguirlo, pero todavía quedarían en el aire muchas cuestiones que son una incógnita.

Poder de elección

Al margen de procedimientos políticos, jurídicos e incluso deportivos, hay que dejar claro que muchos de los últimos jugadores catalanes que han pasado por la Selección Española también se han enfundado la camiseta de Cataluña.

Ahora bien, si llegara la hora de la verdad, esos mismos jugadores tendrían la capacidad de decidir con cuál de las dos selecciones jugar. Desde el Comité Olímpico Catalán -un organismo sin valor y no reconocido por el COI-, ya se aseguró que en una Cataluña independiente sus deportistas tendrían que elegir si quieren competir con España o Cataluña, ya que tendrían doble nacionalidad.

¿Podría jugar Cataluña un Mundial?

En primer lugar, aquí habría que acogerse a un relevo generacional de garantías. Es decir, jugadores como Piqué, Jordi Alba o Busquets posiblemente estén ante sus últimos mundiales -Rusia y Qatar-, y cuesta pensar en que se pueda volver a sacar una generación de futbolistas tan sobresalientes que han continuado el legado de los Xavi, Puyol o Capdevila.

En segundo lugar, si tomáramos los actuales sistemas de clasificación para un Mundial en la zona UEFA, Cataluña arrancaría desde los puestos más bajos del ranking y le obligaría a enfrentarse a selecciones de mayor calibre. Al menos, una de ellas sería una potencia europea dentro de los cabezas de serie.

Y, ¿podríamos ver un Cataluña-España algún día? Después de que la UEFA prohibiera que Gibraltar y España se pudieran enfrentar por la posible politización de los partidos, lo más probable es que ocurriera lo mismo en este caso.