Tras haber exhumado el cadáver del pintor surrealista Salvador Dalí, someterle a diferentes pruebas y extraer ADN para una prueba de paternidad, la ciencia ha podido desmotar que la demandante, la pitonisa Pilar Abel, no es hija de Dalí.

Así lo han demostrado las pruebas biológicas, después de que el pasado 26 de junio el juez ordenara la exhumación del cadáver del pintor ampurdanés para recoger muestras de ADN, según ha informado la Fundación Gala-Salvador Dalí en un comunicado.

¿Fruto de una relación con una criada?

Pilar Abel interpuso una demanda de paternidad en la que argumentaba que ella era fruto de la relación de su madre con Salvador Dalí en el verano de 1955.

Tal y como explicó la pitonisa en su demanda de paternidad, es hija de una mujer que trabajó en la casa de unos amigos del artista en Cadaqués, un ambiente en el que su madre y el artista podrían haber tenido una relación. Ahora, Pilar tiene 59 años, sigue viviendo en Girona y es conocida por trabajar como vidente bajo el pseudónimo de Jasmine en una televisión local.

"Es necesaria la prueba biológica de investigación de la paternidad de María Pilar Abel Martínez respecto de D. Salvador Dalí Domenech", al "no existir restos biológicos ni objetos personales sobre los cuales practicar la prueba por el Instituto Nacional de Toxicología", se pido leer en el auto judicial que ordenaba la exhumación.

No era la primera vez que se querellaba

El caso ha llevado está llevando, Francesc Bueno, el mismo abogado que lleva el caso de paternidad del camarero Albert Solá contra el rey Juan Carlos I. Un caso que nunca ha prosperado.

Pilar, la que ahora sabemos que no es hija del artista Dalí, ya se habría hecho pruebas de ADN en los años 2007 y 2008 usando restos del pintor que, según ha asegurado, encontraron en algunos de los hospitales por los que pasó Dalí.

Pero no es la primera vez que esta vidente acude a la justicia contra una persona famosa. En el año 2005 demandó al escritor Javier Cercas. Según dijo, veía su vida reflejada en el libro 'Soldados de Salamina'; es más, mantenía que uno de los personajes de la novela era ella y, por ello, pedía 700.000 euros como indemnización. La final, la denuncia se archivó.