¿Qué fue de Román Zozulya? El delantero ucraniano recaló en el Betis después de que su préstamo al Rayo Vallecano fuera frustrado por presiones de un sector radical de la afición rayista. Desde aquella sección no se entendía que un jugador de extrema derecha recalara en el club, y lo que parecía ser un problema que se iba a quedar en Vallecas, ha trascendido mucho más.

Ahora mismo, el futbolista tiene contrato vigente con el Betis hasta junio de 2019, pero el club verdiblanco le ha retirado el dorsal y busca una salida a un jugador que dice ser “maltratado” y cuyas competencias futbolísticas han quedado borradas del mapa por el conflicto mantenido con los Bukaneros.

Problemas del pasado

Zozulya era acusado concretamente de ser neonazi y racista por haber fundado la Narodna Armiya -Ejército Popular-, una organización paramilitar de ultraderecha que opera en la zona Donbass, al este del país, contra las fuerzas prorusas que se mueven en un territorio con recientes y numerosas escaramuzas militares.

Hubo incluso manifestaciones en contra del jugador; pancartas y pintadas; e incluso el rechazo de la cesión por parte de la directiva del Rayo Vallecano. La respuesta del jugador fue afirmar que no era neonazi y que todo “fue error de un periodista”. Más tarde aquel periódico acabó pidiendo disculpas por su error.

Situación en el Betis

A pesar de comenzar con buen pie la pretemporada con el Betis, el jugador tiene 27 años y posiblemente vea peligrar el devenir de su carrera por su ideología nacionalista.

La situación volvió a encenderse esta semana después de que su agente, Vladimir Kuzmenko, difundiera un comunicado el pasado miércoles en el que explicaba que el club había dejado al jugador sin taquilla donde cambiarse, sin ropa para entrenar y que se le había retirado su dorsal.

El Betis respondió al momento con otro comunicado, aclarando que la retirada de dorsal era cierta, pero que se le permitía entrenar con sus compañeros y, por lo tanto, mantener su taquilla con su material deportivo.

Un futuro incierto

Aunque el incidente con los Bukaneros haya desembocado en un linchamiento personal que ha afectado a su carrera, la plantilla verdiblanca destaca el “comportamiento intachable” del ucraniano con el resto de compañeros.

Actualmente, el futbolista ha rechazado las pocas ofertas existentes que le han aparecido, y su deseo pasa por llegar a un acuerdo con el Betis para rescindir su contrato y recibir parte de su salario. Ante esta situación, solo perece tener apego en el fútbol georgiano y moldavo, ya que el resto de clubes rechazan el fichaje por temor a que se repita lo sucedido en Vallecas.