El atentado de Barcelona perpetrado la tarde de este jueves ha demostrado que entre el terror, el miedo y el odio, siempre aparece lo mejor de las personas: solidaridad. A un par de calles de distancia del epicentro del ataque en la Rambla se encontraba la madre de Mertxe Pasamontes, a la que un taxista ofreció llevarla a su casa sin cobrarle el transporte. 

Lo que más llamó la atención de esta acción solidaria fue lo que vino después: el conductor era marroquí y, compungido por lo sucedido, dejó claro que, pese a lo ocurrido, "no todos los musulmanes son iguales".

Pasamontes no tardó en compartir en su cuenta de Twitter la historia de su madre.

Las palabras del taxista representan a todos los que, como él, condenan el terrorismo y quieren hacer ver que el extremismo no representa a la comunidad musulmana. Unas palabras que hoy día deberían servir para frenar toda muestra de islamofobia.

Su historia se ha compartido mucho en Twitter, donde ya ha logrado un total de 7.000 retuits en apenas unas horas

Otros actos de solidaridad

La acción de los taxistas no fue la única muestra de solidaridad. Numerosos ciudadanos acudieron a centros sanitarios para donar sangre o la suspensión de la huelga de los trabajadores del aeropuerto de El Prat, entre otras muchas cosas.

Fue tanta la presencia de gente dispuesta a ayudar, que el Banco de Sangre de Barcelona tuvo que hacer un llamamiento a la ciudadanía para que no siguieran acudiendo.

También se sumaron a la ayuda los ciudadanos mediante la iniciativa #BedInBarcelona por la que abrieron las puertas de sus casas para los que necesitaran alojarse durante la noche. 

Asimismo, Turismo de Barcelona ofreció alojamiento gratuito en hoteles para todos los turistas alojados en la zona acordonada. "Que vengan, que los atenderemos hasta que reabran La Rambla", declaraba Joan Gaspart, presidente de Turismo de Barcelona.

Por su parte, los trabajadores de la FNAC hicieron que las personas se sintieran como en casa mientras guarecían en su edificio.