Los guardias civiles dedicados a labores de vigilancia en carreteras viven una situación que consideran insostenible, en la que tiene un peso importante el sistema de “productividad” que determina el número de multas que imponen a los conductores, y que ven reflejado en su nómina cada mes.

El sistema, denominado entre los guardias, como RAI/RAU (Resumen de Actividad Individual/Resumen de la Unidad), mide las acciones de los agentes a partir de las sanciones que imponen a los conductores. 

Unos 150 euros
 “Si ven que el guardia no cumple el número de denuncias establecidas, se le notifica a través de una carta y si a los dos meses siguientes se mantiene la situación, se les puede quitar de su nómina hasta 140 euros”, explican fuentes del Cuerpo consultadas por ELPLURAL.COM.

“Como ningún guardia quiere ser el último de la lista, todos entran en la carrera de quien denuncia más, que promueve la Administración”, con una intención recaudadora, como admiten las mismas fuentes.

Informar, 0 puntos; multar, seis
“Si lo que se pretende es multar, subrayan, en vez de estar en un punto de control media hora, te quedas dos horas para conseguir más denuncias, es algo que sí depende del guardia, no así la labor informativa, que son los conductores quienes las reclaman”.

En cualquier caso, “un auxilio informativo” equivale a 0,1 punto, mientras que una denuncia puede llegar a valer hasta seis puntos. Se tiene en cuenta “la gravedad y la cuantía de la infracción. Se puntúan más unas que otras”.

Los agentes que realizan servicio en carretera “están peor pagados” que sus compañeros, a pesar de que es “la especialidad de tráfico con más accidentabilidad de la Guardia Civil”, según explica la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), consultada por ELPLURAL.COM.

Destinos a dedo para los amigos
Juan Fernández, portavoz de esta asociación, ha puntualizado que “la Agrupación de Tráfico ha pasado en menos de 10 años de 10.000 efectivos a unos 6.000”.

La falta de personal lleva a muchos agentes que se encuentran destinados en provincias distintas a las de sus domicilios, a “una gran desesperación” porque los mandos “premian”, de “aquella manera”, a quienes son de “su agrado”, a “dedo”, sin que medie un concurso público, con destinos más cómodos, en oficinas para que desempeñen un trabajo burocrático”.

“Con total falta de transparencia, estas designaciones no se  publican en ningún medio, existiendo agentes con más de 10 años en un puesto que no es el suyo, sin cumplir requisito alguno”, añade el portavoz de la AUGC.

“Se sigue maltratando a motoristas y equipos de atestados, es decir, al personal operativo dedicado a labores de vigilancia en carretera”, critica AUGC.