Tras la polémica suscitada por el ‘manspreading’, es decir, la manera de sentarse de algunos hombres, en especial en el transporte público, con las piernas abiertas e invadiendo el espacio de los asientos adyacentes, llega ahora el ‘manspitting’, o lo que es lo mismo: la queja ante los hombres que escupen por la calle.

Todo ello a raíz de un artículo de Beatriz Romero, una de las principales firmas de ‘We Lover Size’, el magazine digital que combate la gordofobia. En un artículo titulado ‘manspitting o los hombres que escupen por la calle’, la politóloga y articulista afirma: “Siempre igual. Tú vas por la calle tan pichi, un poco distraída, pensando en tus cosas y de pronto escuchas un conocido sonido gutural a lo lejos (o no tan lejos). Durante unos segundos se te eriza el vello de la espalda, tu cerebro se pone en alerta y tu cuerpo se estremece. No quieres mirar, sabes perfectamente lo que está pasando: otro amable (¡no, nunca!) señor haciendo suya la vía pública, marcando su territorio, manchando el suelo urbano (tan suyo como tuyo), escupiendo con alegría sus secreciones salivales. Y encima casi tienes que dar las gracias si el gargajo en cuestión no va lanzado con efecto. ¿Por qué, ‘zeñó’, por qué? ¡Qué puto asco, joder!”.

Y es que en opinión de Romero, “hay hombres que se creen en el derecho de utilizar el espacio público como les salga del miembro”. Algo que a su entender, “es una muestra de incivismo brutal (pero sin el argumento de los huevos) y responde a una manera de ver el mundo claramente machista y patriarcal”.

“Habrá quien me diga que escupir es algo natural y, a veces, necesario. Es verdad, yo misma me he visto en la obligación de escupir en alguna ocasión (un recuerdo terrorífico, por cierto). Pero el problema está en que esa acción se haya convertido en un hábito que se pasa por el forro de (en este caso) los cojones las normas de convivencia y que encima tiene un claro sesgo de género. Pareciera que los señores siguen mascando tabaco como en el salvaje Oeste”, se afirma desde ‘We Lover Size’.

Por todo ello, Beatriz Romero no duda en lanzar la siguiente petición a los hombres: “no escupáis y mucho menos os recreéis en la casi gárgara. Da mucho asco, nos violenta y no es necesario. Solo mola en el sexo, siempre y cuando sea pactado y tal”.