Aunque en los servicios de urgencias se registran casos de intoxicaciones alimentarias a lo largo de todo el año, en estos meses estivales, la incidencia de esta patología aumenta, lo que está directamente relacionado con una mala conservación de los alimentos.

Esta es la causa fundamental de las intoxicaciones alimentarias, señala la doctora Mayte Resta, jefa de Urgencias del Hospital Quirónsalud de Valencia, dado que “el calor hace que la conservación sea peor”.

En verano es habitual extremar las precauciones con los alimentos crudos, sin embargo, “nos olvidamos de los ya cocinados”. Esta médico pone como ejemplo el arroz, un plato que es frecuente ver fuera de la nevera y que es “un caldo de cultivo excelente para varios microorganismos”. Del mismo modo, subraya, la comida tampoco ha de guardarse “nunca en el horno”.   

La conservación en frío de los alimentos en esta época del año es, por tanto, fundamental. Asimismo, ante la sospecha de mal estado de un alimento, “no debe ser ingerido”, puesto que “somos muy dados a probar si nos sienta mal”.   

El otro punto clave a la hora de prevenir, reside en la higiene de manos. Tan básico, como vital es “lavarse las manos después de ir al baño y antes de tocar un alimento”. En caso de que haya ya un familiar afectado por una intoxicación alimentaria “no se han de compartir elementos de aseo, como toallas o esponjas”, ya que hay riesgo de contagio.

Muy aparatosas, pero de corta duración

Las intoxicaciones alimentarias, explica la doctora Resta, se producen fundamentalmente por dos causas, porque ingerimos un microorganismo, “entonces no hay forma de diferenciarla de una gastroenteritis epidémica”, o porque comemos un alimento que contienen toxinas que producen microorganismos, “que es lo que clásicamente recibe el nombre de intoxicación alimentaria”.

A diferencia de otros procesos similares, son “muy aparatosas, pero de corta duración”. Por lo general los síntomas desaparecen a las 24-48 horas.

La sintomatología, que “puede comenzar por náuseas o diarrea”, incluye también vómitos, fiebre alta y mal estado general.

El problema en estas fechas es, además, recalca la jefa de urgencias del hospital valenciano que “el calor aumenta el riesgo de deshidratación”.

Reponer el líquido perdido es clave, por lo que cuando “vomitamos seguido todo lo que ingerimos”, es decir, “cuando no hay tolerancia oral”, hay que acudir al médico.  Niños y ancianos tienen más complicaciones asociadas al calor por la falta de hidratación, pero “las medidas que hay que adoptar son las mismas”.

Tratamiento sintomático

El tratamiento es sintomático, y persigue evitar la deshidratación del paciente, de manera que se centra en frenar los vómitos. “Solo en algunas intoxicaciones de causa bacteriana, como es la salmonelosis, añadimos antibiótico”, aclara la doctora Resta. “Hay otros casos de intoxicaciones alimentarias graves, pero son las menos”.