Este miércoles se celebró el Día Mundial Sin Tabaco, una cita ineludible cada año, porque el tabaquismo sigue siendo uno de los factores de riesgo principales de padecer cáncer de pulmón. En la mayor parte de los casos, el paciente es o ha sido fumador.

La incidencia de este tipo de cáncer es muy elevada y la tasa de mortalidad todavía ronda el 85%, debido, principalmente, a que los tumores se detectan en un estadio tardío, dado que no se presenta sintomatología en las primeras fases de la enfermedad.

La detección precoz es, por tanto, clave para reducir el índice de muertes. Y en este sentido, el Programa de Cribado de Cáncer de Pulmón puesto en marcha por Quirónsalud es pionero en España. Este proyecto ha permitido aumentar de un 15 a un 75 por ciento el porcentaje de casos detectados que puede acceder a tratamiento quirúrgico, lo que supone que 7 de cada 10 enfermos tienen mayor posibilidad de ser tratados con éxito.  

El método, explica el doctor Luis Seijo, neumólogo de la Fundación Jiménez Díaz y líder del programa, permite “diagnosticar la enfermedad a pacientes de alto riesgo que ignoraban padecerla” y hacerlo en “unas fases muy incipientes de la enfermedad”, lo que les da la posibilidad de acceder a tratamientos más eficaces. “Este tipo de cáncer no lo puedes ver y el pulmón no tiene terminaciones nerviosas de dolor, por lo que no suele haber síntomas hasta que no hay una evolución metastásica, que es cuando puede aparecer dolor de espalda o sangrado”.

Sin embargo, el cáncer de pulmón, cuando se diagnostica en fases precoces (Estadio I ó II), se puede curar mediante cirugía en más del 50% de los casos, subraya este especialista, que hace pocos días presentó este programa de Screening en el congreso de la Sociedad Torácica Americana celebrado en Washington.

Un TAC anual

El cribado se basa en la realización a los pacientes de un TAC de baja dosis de radiación (< 1mSv) anual para detectar alteraciones de la función pulmonar a través del seguimiento radiológico. “Vigilamos los nódulos y vemos cómo se comportan, algo similar a las mamografías que se practican a las mujeres”. “Una única prueba de imagen no te da tanta información, pero dos o tres sí”, explica este médico de la Fundación Jiménez Díaz, “de manera que podemos estudiar la evolución de los nódulos”.

La interpretación, no obstante, “no es sencilla, y hay que decidir de forma consensuada. “Hay que tener en cuenta que el tamaño medio de nódulo detectado a través de esta metodología es de 15 milímetros”, de ahí la importancia del equipo multidisciplinar que integran especialistas en Neumología, Radiología, Cirugía Torácica y Oncología médica. Se estudia cada caso y se determina cómo actuar, “si hay que hacer una biopsia mínimamente invasiva, una broncoscopia o una punción guiada por TAC, en la que si todo va bien te vas a casa el mismo día”.  La cirugía es la última opción, y en el 92% de los casos en los que se decide practicarla “es cáncer”.

En un futuro “no muy lejano”, añade el doctor Seijo, probablemente se acompañe la prueba de imagen con otras pruebas, “genéticas o incluso de saliva o de sangre para matizar resultados”.

Población de riesgo

El cribado se realiza con la población de alto riesgo, sobre todo con aquellos sujetos que tienen alteraciones de la función pulmonar o enfisema. En este caso, participan en el programa fumadores o exfumadores de entre 55 y 75 años de edad que han fumado una media de un paquete de cigarrillos diarios durante 30 años o más o su equivalente, y que lleven menos de 15 años sin fumar. “Cuanto más te acercas a la década de los 60, más eficaz es el programa”, puntualiza este médico.

El cáncer de pulmón sigue siendo raro en personas jóvenes, sin embargo, “todo es relativo” y hay elementos que “nos hacen pensar, por ejemplo, que la presencia de enfisema condiciona mucho el riesgo”. En un futuro, “sería ideal” poder introducir a estos pacientes en programas de cribado.

Ahorro económico

Además de la inversión innegable en salud, en forma de supervivencia y calidad de vida, la inversión en detección también supone un ahorro en tratamiento. “El tratamiento del cáncer de pulmón es muy caro y si nos fijamos en los números entre el 40 y el 50% de los pacientes diagnosticados de forma convencional tiene metástasis”.

Se trata de tumores “muy agresivos en los que, en el mejor de los casos, gastando mucho dinero, se consiguen supervivencias muy limitadas.” Canadá ya realizó un estudio “que parecía justificar el gasto en detección precoz de cáncer de pulmón” de esta manera. “Cambias el gasto de enfermedad avanzada por el de detección temprana. Los números les salen”.

En España, no obstante, a juicio del líder de este programa de screening, el problema “es más de logística, que de gasto. El gasto es asumible, pero no hay TAC en todas partes, habría que incrementar equipos y radiólogos”.

De momento, este cribado funciona en cinco hospitales: Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Hospital Universitario General de Villalba, Hospital Universitario Infanta Elena, Hospital Universitari Sagrat Cor y Hospital Quirónsalud Málaga, pero paulatinamente se ampliará a la mayoría de los centros del grupo Quirónsalud.

 Plan de deshabituación tabáquica

Como parte de este mismo programa, que está incorporado a la cohorte internacional I-ELCAP, que conlleva un protocolo consensuado y la participación en proyectos de este grupo internacional colaborativo y que permite contrastar y validar que sigue las recomendaciones de la Sociedad Europea de Respiratorio (ERS) y las del Libro Blanco, se incluye también un plan de deshabituación tabáquica. Esto es clave y vital para la evolución de la enfermedad, ya que el abandono de este hábito incrementa la probabilidad de curación y la mejora de las condiciones de vida de los pacientes.