Tranquilos, no hablaremos de otro de los tantos caso de evasión fiscal a la que nos tiene acostumbrada nuestra clase política, ni siquiera hablaremos de paraísos fiscales, si a caso paraísos naturales, pues hoy hace 483 años uno de los tipos más feos de nuestra historia se encontraba en uno de los lugares más hermosos del mundo. La costa caribeña de Colombia.
¿Qué hacía allí? Fundar una ciudad, que en honor a todos los murcianos que le acompañaban bautizó como Cartagena de Indias (llamarla la Cartago requetenueva hubiese quedado raro).

Cartagena de Indias un paraíso en tiempos de Heredia y una espectacular ciudad en nuestros días.

Hablamos del madrileño Pedro de Heredia (1505-1554) y aunque sus “facciones eran de buen corte y parecer”, la nariz le hacía feo con todas las de la ley. De joven le habían amputado la nariz en un duelo y un cirujano plástico de la época se la reconstruyó, ahora bien…  le dejó la nariz “amoratada y contrahecha”.

Con lo cual, el implante daba el cante a la legua, pero bueno era mejor eso que vivir sin nariz pues siendo un desnarigado lo podrían confundir con un delincuente común. Recordemos que amputar miembros era una costumbre plenamente aceptada en la época, (ver regreso al futuro del 24 de marzo).

Monumento a Pedro de Heredia en Cartagena de Indias.

Con napias o sin ellas Pedro de Heredia tenía clara una idea, acabar con sus rivales del duelo como fuese (antes muerto que sin honra). Y así lo hizo, eliminando enemigos pero ganando condenas pues la justicia le mandó apresar aunque logró fugarse al Nuevo Mundo donde volvió a empezar.

De Pedro de Heredia se ha dicho de todo, y no siempre bueno, es cierto que fue un conquistador feroz en muchos aspectos pero comprendió desde el principio que el diálogo era la mejor de las arma, así ayudado por la india Catalina (una genial intérprete) estableció pactos y alianzas. Por cierto que de tanta traducción al final Pedro y Catalina acabaron teniendo un tórrido romance con final tumultuoso incluido.

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¿Serán las cuentas en Suiza y las empresas de Panamá los tesoros perdidos del futuro?

Pero al margen de estas cuestiones las expediciones de Pedro de Heredia y su hermano Alonso abrieron un enigma fascinante para la historia, el inabarcable tesoro de Dabaibe, unas supuestas riquezas que escondidas en plena selva rendían homenaje a la diosa Dabaibe o Dabaiba y fascinaron incluso al propio Núñez de Balboa.

Se dijo que todo aquello era un cuento como El Dorado o las Siete Ciudades de Cíbola, con el pequeño matiz de que Pedro de Heredia si vio piezas espectaculares en sus expediciones incluido un puercoespín  de oro cuyo peso superaba las ocho arrobas, una medida que hoy sería unos 92 kilos del preciado metal.

Lamentablemente no hay mucha documentación al respecto y aquel maravilloso templo que albergaría el tesoro quedó en el olvido para colmo de males Pedro de Heredia tampoco dejó muchas pistas, más aún cuando su muerte fue igual de fílmica que su vida, pues murió en un naufragio en las costas gaditanas cuando venía a legalizar su situación en España.

¿Fue real aquel tesoro? ¿Seguirá oculto en las selvas caribeñas? Seguramente nunca lo sepamos, se podría decir por tanto que el tesoro de Dabaibe son en cierto modo unas riquezas offshore de la historia, de las que hay sospechas que existe pero cuesta mucho descubrir en manos de quién está.