Jóvenes que juegan a hacer bromas de mal gusto a desconocidos para subirlas a Internet y ganar más seguidores en las redes sociales. Esta es una de las últimas modas a seguir entre los conocidos como youtubers, una moda que no sólo es más que cuestionable y denunciable, sino que ya está empezando a tener consecuencias judiciales.

El último de los casos, el del youtuber RedSet que, con sólo 19 años, le pareció que era una buena idea o al menos, algo gracioso, darle a un indigente unas galletas rellenas de pasta de dientes como si fura crema de nata. Por ello, el Juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona le ha citado como investigado, o como se diría antes, le ha imputado por haber humillado al hombre que se comió las galletas.

Ahora el joven tendrá que ir a declarar ante la jueza encargada del caso el próximo lunes 13 de marzo, sobretodo porque todavía no se conoce su versión de los hechos, pues se negó a hablar ante la Policía.

Pero sí existe la explicación de la víctima. Según le contó el indigente a la Guardia Urbana, el pasado martes 17 de enero se le acercó un joven y le propuso comerse unas galletas mientras él le grababa, a cambio, le dio 20 euros. En ningún momento le informó del contenido de las mismas.

 

El 'youtuber' de 19 años Retset.

1 millón de seguidores

Este youtuber, que se esconde tras el apodo de Retset, cuenta con un millón de seguidores en su canal de vídeos.

Aunque normalmente el contenido de sus vídeos gira entorno a retos que él mismo tiene que superar y que le imponen sus seguidores, o muestra imágenes de sus gatos; en esta ocasión se acercó a un hombre sin hogar y le dio unas galletas rellenas de pasta de dientes, una ofrenda que el hombre se comió. "Eso le ayudará a limpiarse los dientes", dijo entre risas el youtuber. El vídeo estuvo colgado durante días, pero finalmente YouTube ha decidido eliminarlo por que su contenido "infrigía la política sobre acoso e intimidación".

 

Al hacerse público, la Guardia Urbana lo denunció a finales de enero por un presunto delito de trato degradante, pero también por menosprecio a la dignidad y la integridad moral de una persona en riesgo de exclusión, un delito que se agravaría al difundirlo a terceras personas a través de Internet.