El operario de iluminación de la gala de los premios Goya, que se entregó ayer a la Policía para confesar que había robado las joyas valoradas en cerca de 30.000 euros y que devolvió, acudió a la comisaría al verse acorralado por los agentes que habían ya tomado declaración a otros trabajadores.

Fuentes de la investigación han asegurado a Efe que el hombre, de unos 50 años y que pertenece a una empresa de iluminación que había sido subcontratada para la gala de los Goya, decidió entregarse en la comisaría de San Blas tres días después de que se presentara la denuncia por el robo y después de que los agentes comenzaran a tomar declaración a otros técnicos de televisión e iluminación.

Una presión policial que le llevó finalmente a las 20.00 horas de ayer a la comisaría de San Blas con cuatro pares de gemelos, una sortija y un juego de pendientes de la marca Suárez valoradas en 29.240 euros y a confesar a la Policía que no sabía que eran joyas de valor, sino "baratijas" que tomó como recuerdo. Estas joyas se encontraban en una estancia del hotel Marriott Auditorium de Madrid detrás del escenario habilitado como vestuario para la celebración de la 31 gala de los premios Goya.

El operario, que no tiene antecedentes policiales, sigue en la comisaría a la espera de que los investigadores le tomen declaración y decidan su paso a disposición judicial.
Las fuentes consultadas han explicado que, a pesar de que ha confesado los hechos, el detenido tendrá que responder a muchas preguntas todavía sin aclarar, por lo que la declaración podría ser larga.