En el año 2015, último período del que se tienen datos, se registraron 35.913 denuncias por actos violentos contra la infancia y según informa Save the Children de ellas, 3.919 denuncias fueron por agresión sexual, un 5% más que en el año anterior, que registró 3.732 denuncias. La organización de ayuda a la infancia se apoya en las cifras del anuario estadístico del Ministerio del Interior para aportar este balance de una de las peores formas de violencia que sufren los niños en nuestro país. Durante 2016, se contabilizaron también numerosas denuncias.

 “Cada vez más casos de abuso sexual infantil salen a la luz, pero este delito sigue siendo aún un tabú en nuestra sociedad. La violencia contra la infancia es un problema oculto y las cifras de denuncias son solo la punta del iceberg. Faltan mecanismos para que los niños denuncien y esto hace que muchos casos no se conozcan y permanezcan impunes”, explicó Andrés Conde, director general de Save the Children en España.

Los niños no saben como denunciar

Las víctimas no denuncian por múltiples causas, explican. Se suman el estigma y el trauma derivados de estos delitos, la incomprensión y vergüenza asociados a los abusos, y el hecho terrible de que en muchas ocasiones los abusos vienen causados por personas del círculo de confianza del menor -en la familia, el colegio o en actividades extraescolares.

Cuando lo hacen, resalta Save the Children, se encuentran con un sistema judicial hostil y poco adaptado a sus derechos y necesidades. Por ello los abusadores en muchos casos nunca son descubiertos. “Los niños que sufren estos abusos generalmente no saben qué hacer y se paralizan. Cuando llegan a denunciar un abuso sexual se enfrentan a un proceso muy arduo, que les somete a interrogatorios y pruebas repetidas en las que reviven constantemente la violencia sufrida”, añade Conde.

Y muchas veces prescriben

Hasta tal punto es así que los expertos señalan como en muchas ocasiones las denuncias de estos abusos sexuales no se llevan a cabo hasta que las víctimas llegan a la edad adulta. El problema es que antes, no son capaces de entender y enfrentarse a los abusos vividos hasta ese momento. “Consiguen hacerlo bien porque la relación de poder ya ha terminado, porque el miedo al abusador ha sido superado o porque no se han visto capacitados emocional y psicológicamente para hacerlo hasta entonces”, explican.

El problema radica en que este tipo de denuncias suelen llegar tarde porque el delito puede haber prescrito, dice Save the Children. “Cuando la víctima cumple los 18 años sólo dispone de un período de tiempo concreto para denunciar, que varía entre los 5 y 15 años según la gravedad del abuso. Pasado este plazo, el delito prescribe y la víctima no podrá actuar contra su abusador”.

Se necesita una Ley

Save the Children, tomando como referencia el modelo alemán, considera que sería necesario modificar el Código Penal para que el cómputo de los plazos de prescripción señalados se suspenda hasta que el menor de edad víctima alcance los 30 años. “Esto garantizaría el derecho a perseguir este tipo de delitos cuando se adquiere conciencia de lo sucedido”.

“Pero la lucha contra el abuso sexual requiere además de un sistema de prevención, detección, atención y recuperación de las víctimas adaptado a los derechos y necesidades de los menores”, añaden. La ONG insiste en la necesidad de una Estrategia Integral de Lucha contra la Violencia contra la Infancia, que implique a todas las Administraciones e Instituciones de nuestro país en torno a la prevención, detección e intervención ante toda forma de violencia contra la infancia, incluyendo los abusos sexuales, y que se articule en torno a una Ley Orgánica de medidas contra la violencia hacia la infancia.