En los canales de TDT en España, lo más habitual es que las emisiones más vistas sean las reposiciones de La que se avecina en FDF o los capítulos de estreno de The Big Bang Theory y Modern family en Neox. Sin embargo, desde hace unas semanas, hay una serie que se ha subido a lo más alto de los rankings de audiencia casi sin que nadie hable de ella y sin hacer ruido: Fatmagül.

Es una serie de Nova, canal del grupo Atresmedia especializado en telenovelas, y que de vez en cuando da sorpresas como que la redifusión de Pasión de gavilanes se convirtiera en trending topic en Twitter casi a diario. Sin embargo, lo que ha logrado con Fatmagül es otra cosa. El pasado miércoles fue la emisión más vista de la TDT y su curva ascendente es cada vez más pronunciada. España ha sido picada por el virus de las telenovelas turcas.

Porque la industria audiovisual de Turquía no se queda sólo en esas copias baratas de taquillazos de Hollywood, o en películas que se recorren todos los festivales de cine más prestigiosos; donde está el verdadero músculo es en la televisión y, en concreto, en sus culebrones.

Son verdaderos fenómenos en Israel, en Jordania, en Egipto, en Grecia, en Irán y hasta han conseguido entrar en un mercado tan difícil como el de la India, que tiene sus propias y exitosas telenovelas. La pica en Flandes definitiva fue conquistar a los espectadores sudamericanos, especialmente en Argentina, Uruguay y Chile. Turquía se ha convertido en el segundo país que más series exporta, después de Estados Unidos, pasando de mover apenas 10.000 dólares en 2004 a pasar de 350 millones de beneficio en 2016.

¿Qué tienen que las hace tan adictivas? Curiosamente, casi todas comparten una característica que puede resultar contradictoria y, al mismo tiempo, que puede ir contra la idea preconcebida que podemos tener sobre estas series, que es que muchas están protagonizadas por mujeres que pelean por lo que es suyo. Siguen necesitando el permiso de un hombre para hacerlo, pero ese hombre las apoya en su lucha por sus derechos. He ahí la contradicción y, al mismo tiempo, la subversión. No alteran el statu quo social, pero ofrecen un rayo de esperanza.

La protagonista de Fatmagül, por ejemplo, es una joven que lucha para que los dos hombres que la violan vayan a juicio y paguen por lo que hicieron. Su título original, que puede traducirse como “¿qué culpa tiene Fatmagül?”, es bastante significativo. Otro de los culebrones de mayor éxito internacional,especialmente en Oriente Medio, era Noor, que mostraba a una familia musulmana que seguía el Ramadán pero, al mismo tiempo, sus mujeres no llevaban velo y algunos de sus miembros bebían vino.

Esa mezcla de tradición y modernidad, más probablemente el componente exótico de que transcurra en Turquía, ha convertido a Fatmagül en un fenómeno que hasta ha querido aprovechar el gobierno turco para promocionar turísticamente Estambul. La serie se ha visto, hasta ahora, en más de 40 países y reproduce el éxito que tuvo en su emisión original, entre 2010 y 2012. Sus dos protagonistas, Beren Saat y Engin Akyürek, se convirtieron en estrellas internacionales y terminó de abrir el camino de las telenovelas turcas hacia el resto del mundo.

‘Fatmagül’ se emite todos los días, a las 20:50, en Nova.