Ya son demasiadas las veces que hemos tenido que informar de una masacre en un colegio, universidad o instituto, de las veces que un adolescente ha cogido un arma y ha disparado contra sus compañeros y profesores. En pleno dolor de la última masacre en la que 17 personas perdieron la vida en un tiroteo el pasado 14 de febrero en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida), Trump ha puesto sobre la mesa su solución: que los profesores estén armados y dispuestos a disparar sin casi pensar.

Según el presidente de los Estados Unidos, si en cada escuela hubiera profesores con armas y estos estuvieran preparados para usarlas, lo que él define como “tiradores psicópatas”, no se atreverían a acercarse. Por sus cabezas no pasaría la idea de perpetrar un tiroteo.

“Si un potencial ‘tirador psicópata’ sabe que una escuela tiene un gran número de maestros talentosos con armas (y otros), que dispararán instantáneamente, el enfermo NUNCA atacará esa escuela. Los cobardes no irán allí ... problema resuelto. Debe ser ofensivo, ¡la defensa por sí sola no funcionará!”, ha escrito Donald Trump en su cuenta de Twitter.

Y no es la primera vez que propone esta solución, cuanto menos, sorprendente para un problema que se presenta como un mal endémico en la sociedad estadounidense.

Este miércoles, el presidente acudió a un acto en el que se reunió con varios supervivientes y afectados de diferentes tiroteos; también de último de la escuela de Florida.

Tras escuchar sus testimonios, Trump presentó por primera vez su solución: su “máxima prioridad” es acabar con los tiroteos y para ello propone “trabajar muy duro” porque “este tema es muy difícil, muy complejo, pero vamos a encontrar una solución".

¿Cuál? Que los profesores tengan “un permiso especial, y (la escuela) ya no sería una zona libre de armas". “Vamos a examinar esa idea muy en serio, mucha gente va a estar opuesta a ello, y mucha gente va a estar de acuerdo".