Lo hace con la puntualidad que va a presidir toda la noche, a las nueve y cinco. Esto parece Inglaterra. Bueno, al menos en lo que a los tiempos se refiere. Exactamente diez minutos después de Rajoy llega en su coche, con escoltas y su jefa de campaña, Elena Valenciano, Alfredo Pérez Rubalcaba. Como han hecho en el caso del líder del PP, le esperan a la puerta quien va a ser el moderador, Manuel Campo Vidal, veterano en esta labor, y Fernando Navarrete, que va a realizar el debate, es decir, que va a dirigir las cámaras, los planos que vamos a ver, eso sí conforme a lo pactado con los dos partidos.

No se sigue el guión… La película de repente tiene más pasión de la esperada
En esos momentos iniciales nadie piensa que el debate va a tener más de combate que de baile de salón. Más aún, teniendo en cuenta las encuestas que ponen en una difícil situación al candidato socialista y dado el perfil poco atrevido del líder popular. Pero la realidad demuestra desde el principio que no va a ser un debate de trámite. Y no lo va a ser porque uno de los dos candidatos se va a empeñar en ello. Ese personaje es Rubalcaba, que va a forzar el resto de la noche a su contrincante a moverse evitando golpes.

Cada uno de los protagonistas tiene en su camerino un equipo de consejeros. El candidato ‘popular’ ha traído a acompañarle en su rincón  a Ana Mato la directora de campaña; Carmen Martínez de Castro, su jefa de prensa y mucho más, la mujer que escucha desde hace años; Pedro Arriola, su experto en comunicación de capilla; Esteban González Pons, vicesecretario de comunicación; un experto en telegenia, Jorge Rábago, y un amigo personal, Tomás Iribarren. En el rincón de Rubalcaba están la directora de campaña, Elena Valenciano; Oscar López, que ha organizado los detalles del debate por el lado socialista; Ignacio Varela, consejero de imagen del candidato; Carlos Hernández, jefe de comunicación del PSOE; el ministro de Trabajo y hombre de su total confianza, Valeriano Gómez, y el jefe de gabinete de Presidencia, al que conoce desde los años en Moncloa con Felipe, José Enrique Serrano.

Primera parte del combate: primeros cinco rounds
Con la puntualidad ya expuesta, empieza el combate…, o si lo prefieren, el debate. Es la parte más difícil para el candidato socialista, la que tiene como tema la política económica y de empleo.  Están previstos para este tramo cuarenta minutos. Con cinco intervenciones de cada candidato.  Porque así lo han pactado, inicia este tramo Rajoy. Tarda tan sólo el tiempo que necesita  para dar el pésame a los familiares del sargento asesinado en Afganistan, antes de usar por primera vez el golpe directo que va a utilizar casi en cada una de sus intervenciones, su golpe más duro: el gobierno socialista ha dejado cinco millones de desempleados; tres millones de ellos en los últimos dos años.

Rubalcaba, que esperaba ese ataque, responde con un golpe igual de previsible cuando llega su turno: Rajoy y él tienen ideas distintas, dice de inmediato, no es igual uno que otro, y viene a concluir que si eres progresista, tienes que votarle a él, porque la otra posibilidad es Rajoy, el candidato que no dice nada y oculta su programa, “porque si no, no le votarían ni sus seguidores”. Además acaba con un recurso en el que el candidato popular va a caer una vez tras otra: le deja una pregunta en el aire, le exige que responda…  Rubalcaba va a marcar así el ritmo del combate durante toda la noche.

En la primera intervención  Rubalcaba acaba desafiando a Rajoy a que reconozca que con el dinero de todos va a pagar las deudas de los especuladores de la burbuja inmobiliaria. Después le acosará dejando en el aire el desafío para que niegue las declaraciones en las que dijo que reformará la prestación por desempleo, o en otros momentos le acusará de que está entregado a los intereses de la gran patronal reunida en la CEOE, frente a las necesidades de las pequeñas empresas y los trabajadores. Mariano Rajoy a veces parece descomponerse, y en otras acusa a Rubalcaba directamente de mentir, de lanzar insidias, de no entender su programa…

Rubalcaba es recibido en su rincón entre aplausos
El golpe a golpe, provocado por el estilo directo, de preguntas concretas, que emplea Rubalcaba provoca que, contra lo previsto, el supuesto debate reglado y de discursos superpuestos pase a tener muchos momentos de cuerpo a cuerpo, con los dos candidatos interrumpiéndose y pisando las intervenciones del otro. “Déjeme acabar” se escucha autoritario una vez a Rubalcaba. “Cómo tiene usted la osadía”, espeta Rajoy a su vez al candidato del PSOE antes de acusarle de no tener credibilidad.

Acaba el primer bloque, el económico, el más difícil para el candidato socialista, y se va sin heridas, aunque ha cometido un error que no ha pasado desapercibido, ha utilizado el condicional para hablar de qué haría si él fuera Presidente, mientras ha utilizado el futuro para hablar de lo que hará Rajoy cuando sea Presidente; es decir, ha parecido ue creía más en la victoria de su rival. No volverá a hacerlo en el resto del debate, avisado, seguramente por sus asesores.

Sin embargo, Rubalcaba ha conseguido acorralar en varias ocasiones a su rival con sus preguntas. Además ha dado mayor sensación de seguridad; apenas ha mirado sus apuntes, mientras que Rajoy no ha dejado de consultar los papeles que le ha preparado su equipo ni en una sola de sus intervenciones. En su rincón reciben entre aplausos entusiasmados al cabeza de lista del PSOE. Como Rubalcaba ha utilizado el propio programa del PP para atacar a Rajoy, según cuentan a ELPLURAL.COM algunos de los presentes, se ironiza en el camerino del candidato socialista con que el popular no conoce sus propuestas. A los periodistas que siguen la caravana del PP se les filtra, sin embargo, que también ellos están satisfechos.

Despistes, risas… y más golpes en los 7  últimos asaltos
En el primer turno de intervenciones se han producido algunas situaciones que han llevado a reír a las varias decenas de periodistas que siguen el debate. La más celebrada, Rajoy llama o amaga con llamar dos veces Rodríguez Zapatero a Pérez Rubalcaba… Aparentemente por confusión. Lo cierto es que a lo largo de toda la noche va a responsabilizarle de la política de Zapatero sin ambages.

En el resto del debate, cuando se debe hablar de políticas sociales -un bloque de 30 minutos con cuatro intervenciones para cada político- y de temas de calidad democrática -el bloque final, de 20 minutos, con tres turnos-, los candidatos no modifican sus estrategias. Rajoy sigue recordando el desempleo creado por los gobiernos socialistas y responsabiliza a su contrincante de todas las medidas de los gobiernos de Zapatero que nos han llevado a esta profunda crisis; Rubalcaba contraataca acusando a Rajoy de ocultar sus programas sociales y responsabilizándole de los recortes en gasto social que se llevan a cabo en las Comunidades Autónomas que gobierna el PP. Todo esto mientras cada uno intenta desgranar sus propuestas. Por cierto, Rajoy confirma lo que adelantó ELPLURAL.COM el pasado domingo: su gobierno financiará las deudas de los ayuntamientos con fondos del ICO.

En la conclusión final, los dos se dan un momento de tregua
Cuando el moderador les pide que cierren sus intervenciones, quizás no tan sorprendentemente, los dos vienen a coincidir: quieren dejar abierta una esperanza a tiempos mejores. Rajoy, que habla primero, mira a cámara y enlaza una serie de declaraciones con las que quiere enunciar que no todo está perdido, que él puede traer la solución:  “España necesita un cambio”, comienza diciendo, y luego deja caer que “en el PP estamos preparados”, “que se puede hacer”, que “somos una gran nación que no se rinde nunca”…, para acabar pidiendo el voto porque “estamos a su disposición”.

Alfredo Pérez Rubalcaba se dirige a aquellos de quienes sabe que depende su futuro, los más de tres millones de votantes de izquierda y progresistas que se resisten a ir a votar porque están desilusionados. “Pido a los ciudadanos que voten”, les dice, “la indiferencia no resuelve los problemas, la abstención no crea nada”. Y acaba definiendo sus virtudes –“no me arrugo, no soy pasivo, y no me echo atrás, porque cuando todo es crítico hay que actuar frente a los que dudan”-, antes de pedir el voto para su proyecto.

Concluye así el debate. Los analistas concluyen en los minutos siguientes que Rubalcaba ha sido más contundente y ha ganado el debate. Las primeras encuestas entre el público dan, sin embargo, la victoria a Rajoy. “Es normal –explican los expertos-, la gente suele inclinarse a la hora de emitir su valoración por quienes están más arriba en las encuestas”. Pero esto es sólo el primer round. La campaña acaba de comenzar. Eso sí, han quedado claras las armas y estrategias de cada uno; ya sabemos quién va a jugar al ataque, y quien a la defensiva.