La xenofobia se ha manifestado en forma de brutal agresión a una joven estudiante china en Málaga. Y siendo grave el hecho lo es más cuando la indiferencia y la contemplación pasiva de las personas que se encontraban en el vagón del tren de la agresión fueron vergonzosamente las protagonistas.

Este hecho ignominioso sucedió cuando Iris Zhang, una joven china, estudiante de español en Málaga volvía de un evento festivo en Fuengirola a bordo del tren de Cercanías. Tras pasar la noche del sábado  en la Feria de los Pueblos junto a unos amigos, regresaban en el tren a las seis de la mañana del domingo. La joven estudiante asiática ha narrado al 'Diario Sur'  como tras montarse en el tren, repleto de gente y sintiéndose muy cansada decidió separarse de sus amigos y descansar en un asiento libre del último vagón.

El hecho lamentable y repugnante sucedió cuando observó en esa zona que ocupaba a un grupo de diez  jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y 17 años. Describe Iris a esos adolescentes como un grupo jaleoso que hacía mucho ruido, dando voces, hablando alto y con cánticos y emulando un acento forzado asiático “de forma insultante”. Tan agotada estaba y el desconocimiento parcial del idioma español provocó que no le diera excesiva importancia que no percibiera de lo que realmente acontecía  y que, finalmente, se durmiese. Otras dos jóvenes presentes han explicado que los chicos cantaban de forma insultante y racistas con gritos de “puta china y “china de mierda vuélvete a tu país”.

Las dos jóvenes del mismo vagón han revelado que a Zhang “le despertó de su sueño un golpe en la cabeza. Pensó que era una amiga y, al no ver a nadie alrededor, imaginó que alguien habría chocado con ella de forma accidental, así que volvió a quedarse dormida.

Golpes y grabación en vídeo
El relato continúa narrando como continuó Zhang recibiendo golpes y observó cómo uno de los agresores grababa la cobarde “hazaña” con un móvil mientras el resto de esta manada de salvajes racistas se mofaban de ella.

Un dato de gran relevancia para la investigación es que la joven dice que reconoció al agresor directo: vestía un polo blanco junto a otro que parecía el líder del grupo y  no paraba de insultarla. Era el que fumaba en el tren y el que le lanzó el cigarrillo a la cara aunque logró esquivarlo.

“Nadie hizo nada por ayudarme”
Siendo grave no, gravísimo lo sucedido, lo es más que aunque el vagón estaba a tope y repleto se lamenta profundamente que casi “nadie hizo nada por ayudarme”. Tan solo memoriza que otras dos jóvenes le ayudaron y socorrieron  al gritarle a esta caterva de agresores racistas -desde el fondo del vagón- para que cejaran de molestarla y agredirle. Finalmente estas dos chicas se sentaron junto a ella  con el objetivo de que no le hicieran nada así como le dieron  el número de la policía para denunciar la agresión.

Al llegar el tren al apeadero de Arroyo de la Miel en Benalmádena, muy cerca de la capital, la joven asiática pudo fotografiar a uno de los supuestos agresores -foto de portada-. Esa imagen la utilizó para solicitar para ayuda desde su muro de  Facebook buscando que se identifique al grupo agresor.

Fue todo “un ataque racista”
Con esa acción en redes ha logrado que sean ya más de 1.500 personas que hayan compartido la denuncia y que se hayan puesto en contacto con ella. Así ha conseguido de manera casi inmediata  localizar algunos de los perfiles de Instagram de los posibles autores. Esta información se le ha dado a la  Policía como paso previo para denuncias lo sucedido. Iris Zhang está segura que las agresiones se deben a su nacionalidad y que por los insultos y por la imitación de su acento asiático fue todo “un ataque racista”: “Era la persona más vulnerable que había en el vagón. Me vieron sola, parezco más joven de lo que soy y extranjera”. Y todo un vagón lleno de españoles, europeos y civilizados sin hacer nada para defenderla. Decepcionante y triste, muy triste.