Aunque el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, inaugure tramos de carretera de aquí a las elecciones, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría acuda a todos los programas de televisión o que De Guindos se pelee hasta la extenuación con Europa por “quítame aquí estos análisis de déficit”, hay un asunto que no deja de dar dolores de cabeza en Génova 13: Rodrigo Rato.

Lo último en relación al ministro del 'milagro económico' de la época aznariana lo revela hoy el diario El Mundo y apunta directamente al ex cuñado de Rato, Santiago Alarcó. Según este periódico, citando documentos internos del propio banco, en dos años Alarcó se hizo con contratos de asesoramiento financiero por un valor superior a 820.000 euros.

En familia
Se da la circunstancia de que, en virtud de esa cantidad, entre los años 2011 y 2013, el ex cuñado de Rodrigo Rato cobró alrededor de 33.000 euros al mes de la entidad cuyo rescate ha supuesto al Estado, es decir, a todos los españoles, miles de millones de euros.

Llama la atención como revela el diario que las adjudicaciones realizadas por Bankia fueron personales, es decir, dirigidas directamente a Santiago Alarcó, en dos partidas de 448.400 y 377.600 euros.

Cada día más
Rodrigo Rato no permite un día de descanso en lo que ha generar informaciones se refiere. Si esta semana la Audiencia Nacional adoptaba medidas cautelares como la retirada del pasaporte y su presentación en los juzgados cada mes, unos días antes se sabía que también Hacienda le investiga por la tributación de su participación en congresos y conferencias.

En las filas del Partido Popular la tensión es evidente. Los diferentes aspirantes a suceder a Rajoy tratan de escapar de las implicaciones del ex ministro de Aznar con un “yo no estaba” o “no pertenecía al partido”, obviando que muchas de los comportamientos puestos en duda por la justicia se refieren a su paso por Bankia, o lo que es lo mismo, cuando todos estaban y ya en puestos de responsabilidad.

Cambio de estrategia
Tras el cambio de estrategia planteado desde Génova, aunque algunos se empeñen en negarlo y otros vayan por libre por razones de interés personal -aquí se enmarcaría la campaña multitelevisiva de la vicepresidenta del Ejecutivo- solo falta que salga Esperanza Aguirre a decir que ella 'también destapó' lo que se imputa a Rodrigo Rato. Esta última semana, sin ir más lejos, ya ha empezado a echar balones fuera.

Eso sí, como en todas las familias y en la que conforma el Partido Popular no podía ser menos, también hay optimistas por naturaleza. Aquí, este rol lo podría encarnar el ministro de Justicia, Rafael Catalá, que ayer en declaraciones a Radio Nacional indicó que “en términos electorales el PP no debería tener desgaste” porque un ex dirigente, en su vida privada, “haya tenido un comportamiento más o menos ético”. Será porque es el último en llegar.