Este es el caso de lo que el pasado sábado le sucedió a un grupo de pasajeros y a la conductora de un autobús municipal de la ciudad de Valencia. A la inefable genovesa Rita Barberá, a la sazón alcaldesa del municipio en cuestión y diputada autonómica, no se le ocurrió nada mejor que bajarse de su vehículo oficial y "cambiar pareceres" con la conductora de un autobús de la Empresa Municipal de Transportes (EMV) sobre la huelga que estos empleados municipales mantienen a causa de un conflicto laboral en el que reivindican que se les abonen los retrasos que desde enero tienen pendientes de cobro.En realidad, bajo la expresión “cambio de pareceres“ lo que realmente sucedió fue algo muy distinto. La chabacana alcaldesa, abusando de su posición de fuerza, y para ajustar cuentas con los trabajadores, no dudó en mentir acusándoles de quejarse de vicio ya que, al fin y al cabo, dice que cobran 3000 €. Ella mejor que nadie sabe que no decía la verdad a sabiendas. Y que no hay un solo conductor que gane ese sueldo. Da igual, ya que sabe que es un precio bajo por ejercer de populista y demagoga profesional durante tantos años y a cambio obtener buenos réditos electorales.Rita Barberá ha compatibilizado tantas cosas y tantas situaciones a la vez que lo mismo es capaz de gritar a una conductora de autobús que simultáneamente recibir, sin inmutarse, regalos con formato de bolsos marca Vuitton cuyo precio es mayor que el salario mensual de esa conductora.Rita Barberá es la misma que no tiene inconveniente alguno en recortar servicios públicos y simultáneamente reunirse a costa del contribuyente con genoveses que están paseándose por diferentes juzgados en casos en los que se está intentando averiguar cuánto y cómo han robado a los ciudadanos.Rita Barberáes todo eso y mucho más. Blog Los Genoveses