Además de impartir lecciones de moral y arremeter contra quienes se apartan de la senda trazada por la curia incluso en un estado constitucionalmente aconfesional, la Iglesia tiene otras preocupaciones más mundanas que debe combatir para no caer en presuntos delitos, como es el tema del blanqueo de dinero. En estos momentos, el Vaticano debe respirar aliviado porque el comité Moneyval del Consejo de Europa aceptó la pasada semana su petición de prórroga de seis meses para evaluar el informe de cumplimiento sobre transacciones sospechosas solicitado hace un año.

 

La Santa Sede tiene como fecha tope el mes de julio de este año para presentar el documento ante el organismo del Consejo de Europa que controla el lavado de dinero, pero había solicitado que aun entregando el documento en la fecha fijada, la evaluación se realizase en diciembre. Así lo ha aprobado Moneyval, de modo que el Vaticano pueda seguir actuando en la línea solicitada. Además, el Vaticano ha planteado incluir más criterios de los que se les habían pedido en el examen al que se debe someter. Según ha informado Associated Press, su intención es aportar un análisis más completo de las medidas tomadas en el transcurso de 2012.

 

 

Exigencia europea de controlar el delito económico
En 2009 el Vaticano firmó la Convención Monetaria de la UE lo que le llevó posteriormente a la elaboración de una Ley penalizando el lavado de dinero, la creación de una agencia de supervisión financiera y la ratificación de tres tratados de la ONU sobre esta materia. Estas medidas se llevaron a cabo ante la exigencia del Grupo de Acción Financiera, (GAFI) un organismo ubicado en París que colabora con los países para que puedan desarrollar la legislación precisa contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo.

 

 

Bajas calificaciones
Hace tres años, El Vaticano se sometió a la supervisión de Moneyval. En julio del pasado año, este organismo europeo publicó el primer informe de evaluación que incluye el nivel de cumplimiento de los estándares GAFI. Aunque el Estado donde se ubica el mayor centro económico de operaciones del catolicismo “aprobó”, las calificaciones fueron bajas en lo que se refiere a la agencia de supervisión financiera, a su banco y en particular a la capacidad de asegurarse que sus clientes y sus transacciones sean lícitos.

 

 

Suspenso en vigilar blanqueo
En concreto, la evaluación realizada advertía que de las 45 recomendaciones que la Santa Sede debería observar a la hora de luchar contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, no cumple o cumple sólo parcialmente con 23 (el 51%), mientras que 22 (el 49%) las cumple completa o ampliamente. De las 16 indicaciones más importantes, hay siete puntos que no superó, entre ellos se incluyen operaciones sospechosas de blanqueo de capitales.

 

 

Atención con el Instituto de Obras Religiosas
Entre otros temas, Moneyval señalaba que “el Instituto de Obras Religiosas sea supervisado de forma independiente por un supervisor prudencial y que los criterios de idoneidad se apliquen a los puestos de dirección de las instituciones financieras” Otro problema detectado era que si bien el lavado de dinero está legalmente perseguido, "la efectividad de esa implementación aún está por demostrar". Otro punto sobre el que debe velar la Santa Sede es el de la actuación de las 46 organizaciones sin ánimo de lucro que operan dentro del Estado Vaticano.


El Departamento de Estado USA, preocupado
No hay que olvidar que en marzo del 2012, El Vaticano aparecía por primera vez en el listado del Departamento de Estado de EEUU sobre centros de blanqueo, aunque no se consideraba como país de alto riesgo sino en la segunda categoría que se define como de “preocupación”, junto a otros 67 países. Así lo señalan los expertos en el informe International Narcotics Control Strategy. Para el Departamento de Estado, los grandes volúmenes de moneda internacional que se manejan en la pequeña ciudad-estado la hacen vulnerable como centro potencial para esta actividad criminal.