Los ciudadanos estamos ya hartos, exhaustos, de los políticos y de los periodistas y ahí me incluyo a mí misma porque en lugar de estar hablando de pactos deberían dedicarle su tiempo a otro tema.

Por si no se habían dado cuenta, informo a los políticos y a los periodistas de este país que los ciudadanos han comenzado a desconectar de tertulias, debates televisivos y demás noticias sobre los pactos. Y al paso que vamos, en las próximas elecciones generales que se celebrarán a corto o medio plazo, la abstención va a ser importante.

No se dan cuenta que es inaguantable estar a todas horas escuchando las mismas tonterías. Por si no lo saben la gente tiene muchos problemas que resolver a diario y lo último que les falta es llegar a casa poner la televisión o ir en el coche escuchando la radio y que el único tema de debate sea el pacto.

Por ejemplo, uno de cada dos andaluces con trabajo vive por debajo del umbral de la pobreza. Un total de 1.372.442 personas.

Pues es lo que hay. Hasta ahora todo era muy fácil: ganaba el PP o lo hacía el PSOE. De repente todos decidieron estar encantados con el fin del bipartidismo, con los emergentes y ya los tenemos aquí y ahora no saben qué hacer con ellos.

Pero lo peor es que ellos tampoco saben qué hacer consigo mismo. Los periodistas insisten en el tema, por la mañana, por la tarde y hasta altas horas de la noche y los políticos están más que disponibles para estar hablando del tema y dando ruedas de prensa a todas horas.

Pero hay una solución ante tanto hartazgo. Imitar a las mujeres de Liberia cuando sus maridos, padres o tíos (siempre hombres) estaban negociando la paz para su país.

No se ponían de acuerdo y las negociaciones duraban meses…hasta que de repente decidieron hacer una huelga de sexo. No había sexo mientras no hubiese acuerdo de paz. Les comento que en diez días estaba el tema superado.

Fue concretamente la activista liberiana Leymah Gbowee, galardonada con el Premio Nobel de la Paz, la que organizó una "huelga de sexo" para forzar a los hombres a deponer las armas en un país que en poco más de una década vivió dos terribles guerras civiles (1989-1996 y 1999-2003) que causaron la muerte de alrededor de 200.000 personas.

Propongo hacer algo parecido. Que se encierren diputados y diputadas en el Congreso, sin sexo, ni bar, ni televisiones, ni móviles y que no sean liberados hasta que haya un acuerdo.

Sigamos el ejemplo de las mujeres liberianas, nos irá mejor.