“Si el Partido Popular llega al Gobierno, esta central no se va a cerrar”. Así de tajante sonaba Mariano Rajoy en el año 2009. Ahora, a septiembre de 2017, el cantar es totalmente diferente. La Justicia ha dado vía libre al cierre de la central nuclear Santa María de Garoña (Burgos) y el Gobierno Central ha dado la orden de clausura. La Junta de Castilla y León, en manos del PP, no ha recurrido el cierre. ¿A qué responde este cambio de discurso?

En el año 2009 el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acudió junto a su guardia pretoriana a la central nuclear para prometerles que la mantendría abierta: “Con este partido en el Gobierno, Garoña no se va a cerrar”.

En aquel momento, el ministerio de Industria, por entonces dirigido por Miguel Sebastián, ordenó el cierre de Garoña como medida para favorecer las energías renovables. Esta decisión chocó de frente con el recurso del Ejecutivo autonómico, cuy presidente, Juan Vicente Herrera, entró en cólera y lo que calificó como decisión "arbitraria”.

Cuando llego Rajoy a la Moncloa, puso en marcha un paquete de medidas que incluía altos impuestos a las energías nucleares, lo que provocó el abandono de la central de Garoña,. Que además, requeriría de una potente inversión para volver a entrar en funcionamiento. Ninguna empresa energética renovó el contrato y el asunto quedó en un punto muerto. El ministro de Industria, Álvaro Nadal. Anunció su clausura el pasado mes de julio y, ahora el PP lo celebra como si de un triunfo se tratara.