En una entrevista en la revista Telva, Camps reconoce por primera vez que “jamás” ha pensado en abandonar la política, sino más bien, lo contrario, dice, no descarta nada. El expresidente valenciano confiesa que tiene “ganas de volver”, pero rechaza precisar a dónde podrían dirigirse sus próximos pasos. “Si le contesto, mi deseo podría materializarse en una apuesta política y aún no es el momento de hacerlo. Con tranquilidad, Dios dirá”.

Sereno y ufano
La entrevista, que incluye varios posados de Camps en La Albufera, muestra al expresidente valenciano sereno y ufano, según la descripción del entrevistador.





La conversación con Rajoy antes de dimitir
Camps se niega a aclarar cuál es su relación actual con Mariano Rajoy, pero da una pista sobre su decisión pasada de abandonar la presidencia de la Generalitat al referirse a “la serenidad” del presidente del Gobierno. Fue con él al otro lado del teléfono, en una reunión en su casa que califica de “complicada” con quien tomó la decisión de dimitir, el pasado 20 de julio. “El momento más difícil”, apunta.

Fuerza y honor
Aunque admite que antes de anunciar que dimitía pasaron tres cosas que también le influyeron. Un mensaje de su hija en el que escribió: ‘Papa, no llores. No se lo merecen’; se arrodilló y rezó en la capilla del Palau de la Generalitat; y recordó un poema de Kavafis. “Fuerza y honor, me dije”, apunta Camps.

Un cursus honorum romano
El político popular se muestra orgulloso de su intensa trayectoria que describe como un “cursus honorum romano” y recuerda que empezó “ordenando el tráfico”, como concejal del Ayuntamiento de Valencia y terminó “dirigiendo todo el escenario”.

"He estado cerca de ser ministro"
“No he llegado a ministro, pero he estado cerca. Es que, al final, mi bagaje es impresionante”, afirma Camps, que considera que tras todos estos años en la primera línea de la política, tiene “todavía más hechura”.

La honorabilidad y las urnas
Camps cree que su imputación en el caso Gürtel y haber estado sentado en el banquillo no le ha dejado mácula, porque, según dice, ni ha cometido ningún pecado ni se arrepiente de nada. “Los valencianos me quieren [...] defendieron mi honorabilidad en las urnas”, dice antes de señalar al periodista que no encontrará una pintada contra él en la Comunidad Valenciana como sí se puede ver alguna contra Zapatero.