El pasado viernes, tras dos días de espera y recuentos, por fin se conocían los resultados de las primarias de Podemos en la Comunidad de Madrid. En la lucha entre pablistas y errejonistas; o mejor dichos, entre Ramón Espinar y Rita Maestre, los primeros conseguían la victoria.

Desde el viernes, Espinar es el nuevo secretario general de Podemos Madrid, diputado autonómico y portavoz en el Senado. Aunque sus primeras palabras fueron de felicitación a Maestre y pidió que todos, ganadores y vencidos, trabajaran juntos por el futuro de la formación, también mandó mensajes o advertencias.

Espinar quiere rodearse de los suyos y entre ellos no está el actual portavoz de la Asamblea de Madrid, José Manuel López, que apoyó la candidatura de Maestre. Es más, el viernes, ante la prensa, le invitó a irse diciendo que, sí el estuviese en su situación, no le gustaría seguir en el puesto porque hay que saber cuándo se ha perdido.

Este aviso puede ser el principio pero, de momento, los señalados han demostrado hacer oídos sordos, o por lo menos, no se han sentido aludidos. Este martes López ha dejado claro que en ningún momento ha pensado "dar un paso atrás".

"Fui elegido en primarias como candidato de la Comunidad y luego la ciudadanía me colocó en la Portavocía", ha dicho López para rechazar las opiniones de Espinar en las que decía que al haber perdido no tenía el respaldo de la ciudadanía.

"Pasadas las primarias hay que dar un paso al frente. Hay unos documentos para llevar a cabo de carácter organizativo. Podemos debe dejar de mirarse hacia dentro. Se ha hecho un buen trabajo en este último año", ha añadido para defenderse. 

El Consejo ciudadano decide

Este miércoles por la tarde se constituirá el nuevo Consejo Ciudadanos de Podemos Madrid, un detalle muy importante para el futuro de López pues es el órgano que puede decidir o plantear qué cambios debe haber en la portavocía. En otras palabras, si López puede o no seguir en su puesto.

Aunque ese no es el único factor que se tiene que dar. Además, la mayoría de los diputados de Podemos tiene que estar de acuerdo.

"No es una guerra es un conflicto que nos hace peor. Nos llevamos bien en el grupo, unos mejor que otros, como en cualquier grupo humano. Tengo que trabajar, lógicamente, con el secretario general de su partido". Con estas palabras ha dejado clara su postura: no le que queda otra que trabajar junto a Espinar por el bien de la ciudadanía.