La extensa entrevista de José Luis Rodríguez Zapatero en Onda Cero ha tenido a la paz con ETA como pilar principal. El expresidente, además de defender a capa y espada la negociación que llevó a cabo su Gobierno para que la banda terrorista dejara “la locura de la violencia”, ha rechazado cualquier pacto con Bildu.

Carlos Alsina, periodista y presentador del espacio Más de Uno, le ha preguntado por Bildu y, por supuesto, por la entrevista de Arnaldo Otegi en TVE la pasada semana. El expresidente ha criticado la existencia de un “proceso de criminalización” a la televisión pública por la entrevista con el dirigente de la izquierda abertzale.

No se debe pactar con Bildu”, ha sentenciado con rotundidad Zapatero, quien también ha añadido que, pese a ello, es “un partido político que tiene bastantes votos”. Eso sí, ha asegurado que se encuentra en las antípodas de lo que “representa la ideología de Bildu”. No obstante, recuerda que, durante 40 años, se dijo que “dejaran de matar y se incorporaran a la vida política”.

Zapatero reconoce que “tienen derecho a estar en las instituciones” y se muestra partidario de “hablar”. “El diálogo siempre es conveniente”, añade. Sin embargo, considera que esto no debería conducir a que “sumes posiciones”. Sostiene que es una “excelente noticia” que abandonaran la senda de la violencia.

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Un largo camino

Pese a ello, José Luis Rodríguez Zapatero asegura que les queda “un recorrido importante de reconocimiento y compasión con las víctimas”. Asegura que esto forma parte de un proceso habitual, pues esto ocurre “de la noche a la mañana”. Ha instado a los miembros de Bildu a replantearse las cosas con “sinceridad” porque el causado “fue tan injusto como inmenso”.

Zapatero ha reconocido que esto mismo se lo trasladó al propio Arnaldo Otegi en privado, pero no tiene problemas a “decírselo en público”. “Tienen que recorrer un tramo importante en el reconocimiento para que, moralmente, su posición sea muy distinta”, agrega. A pesar de estos condicionantes, sostiene que deben llevar a cabo un “acto de autocrítica durísimo con ellos mismos”.