La Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) ha publicado un informe sobre el estado de las aguas de ríos, lagos, zonas costeras y subterráneas de la Unión Europea (UE), y el resultado no es alentador: la mayoría de ellas, se indica, no alcanza un nivel de calidad mínimo de "buen estado", conforme a la Directiva Marco del Agua, debido a dos amenazas: la contaminación y la sobreexplotación. Eso sí, en la mayor parte de los casos, los acuíferos subterráneos sí tienen “buena salud”.

Los datos para realizar el informe, que es el segundo de este tipo desde 2012, se recabaron entre 2010 y 2015, a partir del análisis de 130.000 zonas de agua subterránea y de superficie con datos proporcionados por más de 160 entidades de gestión de cuencas, según señaló la agencia en un comunicado.

Las aguas europeas, se indica, están cada vez más limpias gracias a los avances de las últimas décadas en la mejora de la calidad medioambiental de lagos, ríos, aguas costeras y fuentes de aguas subterráneas, pero la contaminación, los embalses y la extracción excesiva siguen siendo las principales amenazas para su salubridad a largo plazo. La situación es similar a la registrada en 2012, la fecha del informe anterior, en cuando a la cantidad de aguas que merecieron la calificación de “buena” o “muy buena”.

En comparación con las aguas superficiales, las fuentes de agua subterránea suelen presentar un mejor estado. El 74% de las aguas subterráneas han alcanzado el buen estado químico y el 89%, un buen estado cuantitativo. Las causas por las que no se cumplieron los objetivos mínimos en ese caso se debieron principalmente a la contaminación de los yacimientos de agua por nitratos procedentes de la escorrentía agrícola, la intrusión salina y la infiltración de sustancias químicas peligrosas de lugares contaminados.