Lo hizo en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero y lo ha reiterado el pasado domingo cuando gobierna Mariano Rajoy.

Prefiere el presidente francés compararse con el gobierno de allende los Pirineos, mande quien mande, que con el que se encuentra al otro lado del Rin encarnado por Ángela Merkel ante quien inclina la cabeza.

En su primer mitin electoral celebrado en Marsella el candidato francés a la reelección presidencial atacó a François Hollande, su oponente socialista, resaltando que el paro es en España tres veces más alto que en Francia.

Omitió decir que, con un 10 por cierto de desempleo, Francia soporta casi un tercio más de parados que Alemania.

En octubre de 2011, en  tiempos de Zapatero, a quien sin embargo hizo importantes favores como la inclusión de España en el G-20, pronunció unas palabras demoledoras:

“Mirad cómo cambian las cosas de rápido –dijo en otro mitin de su partido, Unión por un Movimiento Popular - Se hablaba de España como de un milagro hace dos o tres años. Se hablaba de Irlanda como de un Eldorado. ¿Quién querría ahora estar en esa situación?".

Sarkozy consiguió el sueño de todos los presidentes de la Francia republicana, y que Suárez negó a Giscard d´Estaing: el Toisón de Oro.

La condecoración no la concede el Gobierno sino el Rey de España. Don Juan Carlos entendió con buen criterio que se lo había ganado, sobre todo por su eficaz colaboración contra el terrorismo etarra.

Sería pues injusto incluir al presidente francés entre los enemigos de España ni atribuirle las burlas de los muñecos del guiñol  galos a los deportistas hispanos.

Pero todo vale  en las contiendas electorales sobre todo cuando las encuestas auguran la victoria del socialista Hollande, a quien acusó de "pretender ser Thatcher en Londres y Mitterrand en París".

Y es que François Hollande, que ha arrancado la campaña con fuertes ataques al capitalismo financiero trató de suavizar el miedo de los mercados con unas declaraciones tranquilizadoras al diario londinense The Guardian.

Lo que pasa al otro lado de los Pirineos nunca deja indiferentes a los españoles. A este lado de los montes, una victoria de Hollande, sería recibida como la primera buena noticia para un PSOE tan deprimido como la economía española.

José García Abad es periodista y analista político