La diferencia que, en este sentido, hay entre la República francesa y el Reino de España resulta abismal. El Jefe de Estado español o Rey no ha sido elegido por las urnas y no corre peligro de perder el poder, salvo que voluntariamente abdique.

Lección de igualdad ante la ley
Sea como fuere, tanto el juez de Burdeos Jean Michel Gentil como los jefes de la  gendarmería dieron ayer una encomiable lección de igualdad ante la ley entrando a investigar en la casa y despacho de  Nicolás Sarkozy respecto al caso Betancourt. Este affaire es un presunto episodio de corrupción política.

Democracia fortalecida
La dueña de L´Oreal, Liliane Bettancourt -la francesa más rica de todo el país- parece que violó claramente la legislación, aportando una muy importante cantidad de dinero para financiar la campaña electoral de Sarkozy en 2007. Una vez más, pues, Francia va por delante a la hora de fortalecer la democracia, acercándola a la ciudadanía, "caiga quien caiga".

Pierre Bérégovoy, suicidado
Hace años, el 1 de mayo de 1993, el primer ministro socialista, Pierre Bérégovoy -con Miterrand todavía presidente de la República- se suicidó al no poder aguantar el vendaval de ataques e insultos mediáticos contra él por pedir a un amigo suyo un préstamo de 20 millones de las antiguas pesetas para pagar un piso. Era un hombre honrado, veterano político, que prefirió morir antes que perjudicar electoralmente a su partido.

El más castigado, Garzón
El jaque judicial a Sarkozy no se puede comparar con la mayoría de los procesos abiertos por la justicia en España sobre corrupción política, entre otras cosas por la rapidez exhibida en Francia contra el expresidente Sarkozy. Mientras  tanto, en nuestro país asistimos a cómo se está desarrollando el caso Gürtel. De momento el más castigado por el Tribunal Supremo no han sido los cabecillas de Gürtel, sino precisamente el juez instructor del asunto, Baltasar Garzón, guillotinado.

El caso Millet
El caso Millet -que apunta a CiU- languidece con lentitud insoportable. No hablemos de Carlos Fabra, durante cerca de diez años ahuyentando jueces para salvarse él. Y vemos con estupor además que el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, no está siendo investigado a fondo por supuesto blanqueo de millones de euros en la compra de un ático en Marbella.

No se le investiga, se le protege
Al revés, todo parece indicar que no se le investiga como es debido, sino que se le protege, según numerosos indicios, desde la cúpula del Ministerio del Interior y la cúpula de la Policía. ¡Ah, y sigue sin ser investigado judicialmente el tamayazo o pucherazo que llevó a Esperanza Aguirre a la Presidencia del Gobierno madrileño! Mr. Hollande, presídanos también a los españoles. No queremos más Fernandos séptimos.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM