Este jueves ha comenzado la tramitación en el Congreso de la oficialmente llamada Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana. La misma que en la calle se conoce como 'ley Mordaza'. Es una más de las leyes en las que el Gobierno se encuentra completamente solo, frente a todos los grupos de la oposición -PSOE, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), UPyD, CiU, PNV, Amaiur, BNG y Geroa Bai-, que van a pedir que se devuelva al Ejecutivo.

La pancarta del "No a la ley mordaza"
Una ley tan contestada, porque aseguran sus detractores, recuerda las leyes franquistas y amenaza con convertirse en el principal arma para controlar las protestas, en especial de los movimientos sociales, que han surgido en los últimos años frente a los recortes del Gobierno Rajoy.





 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Como arranque de la discusión, varios miembros de Greenpeace han subido a la azotea del hotel Vila Real, situado casi frente al Congreso, con la intención de desplegar una gigantesca lona en la que se debería haber leído... "No a la Ley Mordaza". Al tiempo algunos diputados de Izquierda Plural y otros simpatizantes de la ong, salieron a las escaleras de la entrada al Congreso, donde gritaron consignas, principalmente, "no somos delito"; denunciando lo que consideran el principal objetivo de la ley: amordazar el derecho a la manifestación.

Pancarta 'acuchillada'
Decimos debería haberse leído la pancarta, porque como se ve en las fotos, miembros de seguridad del Congreso, sorprendentemente , porque es un gesto de legalidad cuando menos dudosa, entraron al hotel y desde una de las habitaciones altas impidieron el despliegue de la pancarta.



 



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Posteriormente, la policía procedió, como se ve en las imágenes que acompañan esta información, a cortarla con cutters y proceder a retirar la pancarta.

La ley, que ha sido calificada por el portavoz de Jueces para la Democracia como "un instrumento para acallar las críticas sociales", ha sido contestada incluso en medios internacionales, como The Guardian, que aseguró que "limitará la democracia en España".