Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, acudió este martes a hablar de los ejes de su propuesta para España en un desayuno informativo del Fórum Europa. Uno de los patrocinadores del evento era Cabify, en un momento de huelga de taxis en Madrid y Barcelona para exigir una regulación inmediata del sector de vehículos de transporte con conductor (VTC) y un día después de que Rivera fuera insultado por taxistas en la madrileña estación de Atocha.

Lo presentó Begoña Villacís, portavoz del Grupo Municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid. "Somos el partido del centro", comenzó ella. Destacó su "enorme capacidad de trabajo", su "intuición política" y su "optimismo contagioso". Aseguró que "es un líder", cuando "no hay muchos hoy en día". Añadió que Ciudadanos es "uno de los únicos partidos, por no decir el único", que se sienten fuertes ahora mismo. Concluyó que Rivera está llamado a ser "un hombre de Estado" y que, tarde o temprano, se convertirá en presidente del Gobierno.

Cuando Rivera tomó el micrófono, brindó a los presentes una de las anécdotas del desayuno. No estaban sus papeles preparados para el discurso. Los reclamó. "Se me da bien improvisar, pero no tanto", bromeó. Acto seguido, ofreció una visión del "momento de transformación", de "cambio de era", que se vive. Expuso que, hasta 2013, en la política española, había una mayoría absoluta y que, el partido del Gobierno, por el PP, y el PSOE sumaban el 80% de los escaños. Explicó que hace "sólo cuatro años y poco" o estabas con un partido o contra otro. "En 2018, la última vez que hemos abierto las urnas, nos encontramos una situación en la que las viejas formaciones sólo suman un 45%. Estamos en un mundo que está cambiando", dijo. Hizo un aviso a los que se resisten a los cambios: "Es mejor aceptar ese cambio que demandan los españoles. No hay mayorías absolutas. No las quieren los españoles. Quieren que lleguemos a acuerdos". Sostuvo que a él no le da miedo la competencia, que para eso es liberal. "Hay más gente moderada y razonable que en los extremos, que la que quiere volver al guerracivilismo", declaró. Citó a nuevos modelos de negocio como AmazonGlovo y, por supuesto, Cabify.

Rojos y azules

Enseguida empezó a cargar contra Pedro Sánchez y su Gobierno. "¿Qué quiere hacer España? ¿Lo que quiere Sánchez? ¿Dividir entre rojos y azules? ¿Pactar con los que quieren dividir España? La España que quiero no se consigue desde la trinchera", manifestó. Alegó que no es momento de la trinchera, ni de escoger "o conmigo o contra mí".

Subrayó que le gustaría vivir en un país donde los valientes ganen, donde los que quieren dialogar estén en las urnas por delante de los que quieren dividir. Deseó un país donde las tecnologías formen parte de su ADN, ya que "la revolución tecnológica está en todas partes".

Lamentó que "no hay pacto educativo porque Sánchez lo dinamitó". Y que "no hay pacto por la Justicia porque quieren poner y quitar personas". "En el Congreso, en vez de decretazos, deberíamos hacer leyes para 30 años", exigió. "Hay un presidente del Gobierno que ha llegado por la puerta de atrás que no quiere convocar elecciones. Es una irresponsabilidad histórica. Si Sánchez rompe puentes, yo me comprometo a unir puentes. Yo me comprometo a que los gobiernos sean constitucionalistas", prometió. A su juicio, hay que hacer todo lo contrario a lo que se está realizando en el período actual. De hecho, requirió elecciones generales en varias ocasiones durante el desayuno.

Anhelos del pasado

Se esperaba que se refiriera a la pasada Convención del PP y no defraudó. "Estos días escucho discursos políticos que me parecen anhelos del pasado", respondió sin citar a Pablo Casado. "El otro día unos rememoraron el pasado, de Manuel Fraga a José María Aznar. ¿De verdad? Algunos, cada vez que abren las urnas, pierden votos. Es necesario renovar el centro político", pronunció.

Rivera consideró que "dividir es muy fácil" e hizo hincapié en que "el gran reto de un líder político no es buscar las diferencias". "Vengo de una tierra de la que me siento orgulloso en la que he visto cavar trincheras. Cuando se cavan trincheras, se acaba la convivencia", advirtió. "No voy a buscar diferencias ni voy a perder un segundo en mirar al pasado. Pido que los moderados nos unamos, ante la descomposición del bipartidismo, ante la tesis de Sánchez de dividir entre rojos y azules", señaló. Anotó que estamos en una encrucijada en la que hay que escoger entre dos caminos, el de la división o el de la unión.

Albert Rivera, con Begoña Villacís, en el Fórum Europa
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, con la portavoz de la formación en Madrid, Begoña Villacís.

Argumentó a favor de su partido: "Una ventaja de Ciudadanos es que hemos nacido en este siglo y otra es que estamos en el centro del tablero". Intentaba definirse. Sus ejes para transformar la economía de España son, de acuerdo con sus palabras, la educación y la formación, el empleo y la innovación. "No podremos pagar la Sanidad pública si no tenemos una economía fuerte. Repartiendo riqueza podremos pagar la Sanidad", recalcó. Igualmente, habló de las pensiones. "Podemos pelearnos en la política y en el Congreso y salir a la calle para que crezcan dos euros hoy", insistió. Pero, negó que se pueda mirar a un pensionista y decirle que de aquí a diez años les seguirán pagando las pensiones. "No, porque hay que reformar el sistema", completó. Denunció que al Congreso van "a convalidar decretazos de un Gobierno sin mayoría avalado por populistas y nacionalistas". Rechazó a los populistas, obviando que a Ciudadanos también lo han acusado en alguna ocasión de ser populista, y aseverando que el suyo es "el partido del diálogo, pero con principios".

Huelga de taxistas

En el turno de preguntas, el primer tema por el que fue cuestionado fue la huelga de taxis y su contencioso con los VTC. "Formo parte de esos locos que creemos que los ciudadanos pueden elegir. Cómo comprar, cómo consumir cultura, cómo usar el transporte público", respondió. Eso sí, pensó que "aquí hay una irresponsabilidad y un vacío", que esto es "un asunto nacional".  "Si fuera presidente del Gobierno, convocaría a las partes y propondría una reconversión. Tiene que ser una ley nacional", reflexionó. Para él, no puede ser que el Gobierno se lave las manos y pase la pelota a las CC AA y a los municipios. "Ayer, los taxis me insultaron. Hay agresividad. Y les dije que con esto no van a convencer a nadie, ni mucho menos a los usuarios. Yo soy usuario de taxis, y no me están convenciendo de que vaya mucho más", dejó claro que su posición es reconversión del sector, "y no criminalizar a un señor que se está intentando ganar un sueldo".

Respecto al PP, su Convención, su giro a la derecha y si eso le puede restar votos a Ciudadanos; contestó que le importa más España que lo que le sucede "a partidos del siglo pasado". "Yo no divido a los españoles en izquierda o derecha. Hay que reconstruir España. No lo que dice Casado de reconstruir la derecha y Sánchez de reconstruir la izquierda. No podemos juzgar hoy con ese patrón de la Revolución Francesa", expresó. "No comparto con Casado y con Sánchez su volver al pasado. Veo cierta nostalgia de políticas y discursos del pasado", sentenció. Ambicionó ser presidente con el apoyo de los constitucionalistas. Fue claro: "No quiero el apoyo de Quim Torra".

Otro asunto que se abordó en las preguntas fue la situación de Podemos y lo sucedido con Íñigo Errejón. Lamentó que "los populistas quieren hacer ruido y no gobernar". Puntualizó que "la paradoja es que se descomponga un partido reciente". "Eso demuestra que el populismo tiene las patas muy cortas. O las mentiras", determinó. "Me gusta más la ciencia y respeto más a los médicos que a los curanderos", terminó tras opinar que los de Podemos son los "curanderos" de la política.