La pandemia de coronavirus paralizó el proceso electoral en Cataluña. Quim Torra anunció públicamente que su intención era adelantar los comicios y no agotar la legislatura con motivo de las desavenencias con su socio de Gobierno, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). La crisis sanitaria lo impidió y Torra ya diseña un nuevo calendario. En una entrevista en EuropaPress, la vicepresidenta de JxCat y diputada en el Parlament, Elsa Artadi, no ha descartado que el Govern agote finalmente el mandato por lo excepcional del escenario; pero tanto Esquerra como el núcleo duro del president de la Generalitat sitúan la cita con las urnas el 15 de noviembre.

Fuentes de ERC consultadas por ElPlural.com ven plausible que las elecciones sean el 15 de noviembre o próximas a esa fecha y admiten que ya trabajan en ese sentido. Tanto es así, que ya han esbozado las primeras líneas maestras de la campaña.

Los republicanos catalanes, que lideran las encuestas con el partido de Carles Puigdemont pisándole los talones, tienen claro que “para PSOE y Junts somos el enemigo a batir”.

La mesa de la discordia

Ya en la investidura del Gobierno de coalición, Gabriel Rufián fue cristalino: “Si no hay mesa, no hay legislatura”. Con estas palabras Esquerra vinculaba la colaboración parlamentaria al desarrollo de los trabajos en la mesa de diálogo arrancada a Sánchez. Y es que, éste órgano de negociación con el Ejecutivo es el mayor activo con el que cuenta ERC de cara unas elecciones autonómicas. Su objetivo, de hecho, era controlar a Quim Torra para que no dinamitara la mesa, reunirse de manera periódica y llegar a la Generalitat para pilotar las negociaciones. Sin embargo, la mesa cayó en barrena. El President del Govern catalán anunció su congelación hasta el cese de “las hostilidades del Estado”, haciendo referencia a la revocación del tercer grado a los presos independentistas.

A la pregunta de si tratarán de resucitar éste órgano de negociación a fin y efecto presentarlo como su principal activo ante su electorado y seducir a otros sectores del independentismo, las mismas fuentes señalan que, en estos momentos, “no nos interesa” en términos electoralistas.

“Ni Junts ni PSOE quieren hablar ahora, no les interesa. El PSC hará una campaña para recuperar votos de Ciudadanos y Junts nos presentará como los tontos útiles”, argumentan. Además, “una fotografía con Carmen Calvo ahora mismo nos penalizaría porque es la imagen del régimen”.

Un calendario favorable

La cuestión para Torra no es adelantar elecciones o agotar legislatura; sino cuándo fijar los comicios. Su círculo más próximo trabaja en un calendario que les resulte favorable, según LPO. En consecuencia, y dado que deben pasar 54 días entre la convocatoria y la cita con las urnas, el president baraja hacer coincidir la convocatoria electoral con su inhabilitación (la vista con el Supremo es el 17 de septiembre) y el debate de política general en el Parlament (una suerte de debate de Estado de la nación). De esta manera, esos días Torra copará todos los focos y portadas.