En esta campaña electoral andaluza, el líder del PP y candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, está dando que hablar por exponerse a numerosas posturas y muestras de campaña que, a veces, rayan con lo patético e incomprensible.

Está habiendo de todo. Actos en la puerta de un puticlub, recuerdos al picnic de la tortilla de patata socialista, posados con vacas, con perros, historia de Star Wars, hamburguesas y McDonald´s… Hasta este fin de semana, a Moreno Bonilla solo le faltaba salir a un escenario a cantar. Y lo hizo.

El candidato del PP a la Junta de Andalucía, ni corto ni perezoso, mostró sus dotes como cantante al subirse a un escenario en un acto electoral en Torremolinos e interpretar un tema de Danza Invisible.


Una historia de censura política y cultural


Pero no cayó en la cuenta el malagueño que ese grupo, Danza Invisible, y el tema entonado,  Sabor de Amor, tienen una historia de vergüenza, censura y vetos denigrante que afectan al Partido Popular por ser el ínclito alcalde de Torremolinos hasta 2015, Pedro Fernández Montes, su protagonista.

Y es que ese gobierno municipal del Partido Popular de más de veinte años ininterrumpidos de poder, protagonizó déficits democráticos, censuras, limitaciones a la libertad de expresión y en el culmen de los atentados democráticos, condenó a gente de la cultura al exilio, vetando sus actuaciones.

Corría el año 2003 cuando España, como tantos otros países, salió a la calle para protestar por la Guerra de Irak. Artistas y el mundo de la cultura fueron una avanzadilla de este movimiento a favor de la paz. Uno de estos grupos y en concreto su mítico cantante Javier Ojeda también mostró su rechazo. El torremolinense también expresó su apoyo al partido Los Verdes en Torremolinos porque pensaba que con concejales ecologistas se podría paliar el daño que urbanísticamente estaba recibiendo su pueblo.

Veto por estar en contra de la Guerra de Irak


Bastaron esas declaraciones para que el alcalde del PP, Pedro Fernández Montes, mandara enviar a exilio cultural a tan ilustre y representativo hijo de Torremolinos. A partir de ese día, Ojeda y Danza Invisible no pudieron pisar un escenario más en su pueblo. Un veto increíble e injusto decretado contra un grupo musical de Torremolinos que ha paseado, y sigue haciéndolo, el nombre de su pueblo y de Málaga por todo el mundo.

Siete mil personas entre brisas de libertad


Doce años después, con la llegada en 2015 de un nuevo equipo de gobierno socialista se puso fin a un exilio cultural incomprensible. Ese nuevo ayuntamiento surgido del acuerdo entre PSOE, IU, Ciudadanos y Podemos logró dar fin a ese veto con un homenaje y concierto con el grupo al que asistieron más de siete mil personas. Una brisa de aire fresco y libertad surcaron ese día la localidad malagueña. La actuación bautizada por el propio Ojeda como concierto de 'La libertad sin ira’ fue festejada como un símbolo de los nuevos tiempos. 


Curioso significado de la canción


Por cierto, como el propio Javier Ojeda dijo en su día, 'Sabor de amor' esa canción “compuesta a escasos metros de La Nogalera, parece una canción muy bonita e infantil, pero los labios de fresa a lo mejor no eran los labios de la boca. Efectivamente, la canción estaba llena de metáforas sexuales muy claras…”. Lo dicho, que hay que saber que se canta cuando uno se sube a un escenario y mucho más si se trata de un acto electoral.

Relacionado El vídeo musical del homenaje involuntario del PP al 'cunnilingus'