La indignación que ha levantado en Israel el magistrado Nissim Yeshaya durante la vista en un caso de violación ha traspasado fronteras y le ha costado el cargo que el jefe del Ejecutivo, Benjamín Netanyahu, tenía reservado para él. Como presidente de la Comisión de Apelaciones, Yeshaya participaba en el caso de una israelí de 19 años que fue violada cuando sólo tenía 13. Como los acusados de la violación son palestinos, la sesión debatía si debían ser juzgados también por un acto terrorista.

Horror en la sala
"Algunas chicas disfrutan al ser violadas", espetó el juez a los otros magistrados, provocando un prolongado silencio. Según recoge El Mundo, la joven víctima de la violación se desmayó y tuvo que ser hospitalizada tras conocer lo que dijo el juez, y su padre ha lamentado tan "estremecedoras" palabras. La familia está muy preocupada porque la violación durante su niñez suposo un terrible trauma y ha necesitado mucha ayuda psicológica "y ahora todo vuelve a ese punto".

Negación y finalmente dimisión
Yeshaya se defendió inialmente diciendo que no era "serio" el escándalo y acusando a la abogada de la víctima de "malinterpretar" sus palabras, pero acabó disculándose y finalmente dimitiendo tras reunirse con la ministra de Justicia, Tzipi Livni. En un comunicado del ministerio, se indica que "el juez retirado ha lamentado de nuevo la expresión citada añadiendo que no tenía intención de ofender o de expresar una idea".

Adiós al cargo que el Likud le tenía reservado
El magistrado había perdido el favor del jefe del Ejecutivo, Benjamín Netanyahu, quien le tenía reservado un atractivo destino en el tribunal interno de su partido, el Likud. Pero Netanyahu se desmarcó rápidamente de sus terribles palabras y le sentenció: "Es una expresión deplorable. Alguien que se expresa así no merece el cargo". La ministra de Justicia había advertido asimismo de que "una afirmación de este tipo a cargo de un juez y, aunque no sea su intención, puede hacer que algunas perturbadas mentes justifiquen una violación".