Hay que retrotraerse a julio del año 2009 para conocer una conversación de Francisco Granados con varios mandos policiales. En esta charla reconoció que había recibido una llamada de Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior de la época, para advertirle de los avances en la investigación del caso de los Espías en Madrid.

Según Moncloa.com, el que fuera número tres de Esperanza Aguirre aseguró que fue avisado tanto por el exministro socialista como por Manuel Moix. Esa misma semana, “los tres pikos” serían citados para declarar y pidieron a Granados que “pusiera a alguien de por medio”.

En la boda de la hija del comisario Carlos Salamanca, implicado en la operación Tándem, Granados le confesó este chivatazo al comisario jefe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales, José Luis Olivera, al comisario Villarejo y al periodista de El Mundo Antonio Rubio.

Esta historia desmiente la versión que ofreció el propio Francisco Granados en el juicio por el espionaje y refrenda la acusación el comisario Jaime Barrado, que señaló a Olivera y Moix de impedirle investigar a los implicados.

El comisario José Manuel Villarejo explicó esta reunión que provocó el enfado de José Luis Olivera ante la imprudencia que Granados había cometido. El expolicía ahora en prisión, durante una charla con el Miguel Ángel Fernández Chico, el 27 de julio de 2009, en una charla telefónica que la grabó Villarejo, según reproduce Moncloa.com.

V.- Y luego este Granados estuvo charlando, estábamos allí un grupito, estuvo con el Oli (José Luis Olivera), porque llegó este, Antonio Rubio, el de El Mundo, que también estaba y se lo presentó y tal. Y sorprendentemente Granados le dijo al Oli: “No, si ya me llamó el viernes el fiscal del Tribunal Superior de aquí, de Madrid (Manuel Moix) y luego después Alfred (que es como la camarilla de policías suele referirse a Alfredo Pérez Rubalcaba) y me dijeron que tuviera cuidado, que el miércoles iban a llamar a los ‘pikos’ (los guardias civiles acusados de ejecutar materialmente los seguimientos) y que iban a citar a los tres ‘pikos’ y que tal, y que pusiera a alguien de por medio y tal, a ver qué hago y que tal, y que no sé qué”.

A continuación, Villarejo explica a su superior la reacción de José Luis Olivera:

V.- Y entonces le dijo el Oli, “hombre, si ya te lo ha dicho el ministro, que tú mismo, pero que sepas que estas cosas son muy delicadas, que no es bueno que las digas aquí en público”. “No, hombre, aquí estamos en confianza y tal”. Fíjate que estaba Antonio Rubio ahí delante, o sea que fue de lo más imprudente el comentar que…

Fernández Chico: Claro.

V.- Nada, y le dijo que, le reconoció todo al Oli.

FC.- Ahí lo único nuevo que hay es que se los posiciona con los teléfonos, pero bueno, ya se sabía.

V.- No, no, pero los habrá derrotado, que los estaban vigilando, ¿eh? Se lo derrotó al detalle: “¿Y qué hago?”. Pon en medio a alguien y echa la culpa a alguien que esté entre los ‘pikos’ y tú, y si no, como los ‘pikos’ se acojonen alguno de ellos..”.

Villarejo tranquiliza al jefe de la Policía asegurando que controlaron la fuga de información sensible:

V.- Pero en fin, que después hablamos Juan Antonio y Rubio y le dijimos, “oye, no vayas a escribir nada de estas cosas y tal, que esto ha sido un comentario que ha hecho este Granados en plan confidencial, no seas maricón”. “No hombre, no, pero es que la gente es muy desahogada, el tío dice delante mía que el ministro le ha avisado y tal y que vaya con cuidado”. Pero hombre, eso es normal entre políticos. En fin, que el amigo Granados que fue un poquito imprudente, ¿no? Por el comentario innecesario. La gente tiene que cuidarse, porque estaba yo al lado, pero podía estar cualquiera y que no fuera de confianza, ¿no?

FC.- Ya.

La declaración de Granados

Francisco Granados declaró como testigo en este juicio y aseguró que “todo era falso” y calificó la historia como “una payasada”. También negó que tuviera trato alguno con los policías que perpetraron los espionajes. “No recuerdo haber visto a Oreja ni a Coronado. No recuerdo haber hablad con ellos desde que se les nombró hasta que saltó la noticia en 2009. No creo que la cosa haya pasado de un saludo”, puntualizó el ex número tres de Esperanza Aguirre.

Según los audios de Villarejo que ha publicado Moncloa.com, Granados y el ex ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tejieron una gran amistad cuando el primero accedió a la Consejería de Interior de la Comunidad de Madrid y mantenía reuniones con Rubalcaba. En esta trama, cabe señalar, que se le atribuye a Ignacio González el papel de autor intelectual.

La boda

El 27 de junio de 2009 tuvo lugar otra conversación entre Villarejo y Fernández Chico, quien llama al excomisario como continuación de otra llamada que se hizo efectiva desde otro terminal. Villarejo informa al que era su superior de lo que ocurrió en la boda de la hija del comisario Carlos Salamanca, celebrada días antes.

Villarejo señala las únicas ausencias y se da la primera coincidencia en un momento relacionado con conversaciones con Antonio Camacho, entonces secretario de Estado, en el marco de la Gürtel.

V.- El Gordo (Enrique García Castaño, comisario jefe de la UCAO) me comentó que cuando llamó Balta (Baltasar Garzón) a, este le derrotó que había hablado con el secretario de Estado, con Camacho, y que este se lo había contado todo.

FC.- ¿Cómo que le había contado todo?

V.- Vamos, que le había dicho, oye, sí, yo estuve cenando con Balta, me pidió datos, o sea que esos datos, lo que me imagino que ya le adelantaste a Alfred (Rubalcaba), que el otro se lo comentó después, o sea que a todos los efectos Balta se cree que ha sido Juan Antonio el que ha derrotado todo.

FC.- Ya, ya, ya.

V.- Porque me dijo, le dijo al Gordo, es que con este tío no se puede hacer nada, no te puedes fiar de él, no sé que le dijo Balta al Gordo. Le dijo, “hombre joder, si le llama el secretario de Estado, le pega un apretón, no le queda más remedio”. No, pero estas cosas hay que callarlas y tal.