La ministra de Justicia, Dolores Delgado, ha protagonizado un desayuno informativo en el Club del Siglo XXI inmersa en la polvareda generada por las grabaciones de una conversación que mantuvo con el excomisario José Manuel Villarejo durante una cena y en la que se encontraban otros participantes como el juez Baltasar Garzón, el comisario García Castaño (mano derecha de Villarejo) y el por entonces exdirector adjunto operativo (DAO) de la Policía Miguel Ángel Fernández Chico. En dichas grabaciones Delgado vierte comentarios homófobos contra el ahora compañero de Gobierno Fernando Grande-Marlaska, a quien califica de “maricón”. La titular de Justicia ha asegurado que las grabaciones están manipuladas, que tiene el apoyo de Pedro Sánchez, que no baraja dimitir y que ha hablado con el ministro de Interior.

“Se dijeron mis barbaridades, tales como que yo me había reunido, que tal… Ahora surgen unas grabaciones de una comida en la que participo, de hace nueve años. En las que no tenemos los audios completos. Hay trocitos solapados, puestos, pegados, donde se afirman determinadas cosas que el que me conozca, y entre ellos mi compañero [Marlaska], con el que sí que he hablado, saben que no se refieren a él”, ha justificado.

Delgado ha apuntado que el ministro “es amigo desde 2004 y hemos mantenido una relación estrecha. Es una persona a la que quiero y no voy a hablar de mis sentimientos hacia él”, ha sentenciado con un semblante de rabia y enfado.

Y es que, la ministra ya había adelantado que “me van a disculpar si parezco cabreada, pero es que lo estoy”. La ministra ha insistido en que las palabras y expresiones vertidas durante la comida son fruto de una grabación manipulada: “Ustedes saben que las grabaciones se cortan, se pegan, se ponen y se quitan”. Además, se ha escudado en que se encontraban en “un ambiente absolutamente distendido” y estaba hablando “de otra cosa”.

Ha negado que baraje la dimisión como una posibilidad –“voy a seguir trabajando”-, y ha asegurado que cuenta con el apoyo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Sobre su relación con Villarejo, ha precisado que “no ha habido cambio de opinión”, ya que en un principio aseguró que no le conocía y luego admitió haber coincidido con él en algunos eventos, contados con los dedos de una mano. “Yo con Villarejo letrado o comisario no he tenido relación jamás”, ha sentenciado, y ha añadido: “Esto es un ataque institucional. Es querer, a través de mí, hacer un juego político. Pero lo que puedo decir es que en 25 años he tenido tres encuentros: cuando me lo presentan, de paso, una comida y un café”.

Por último, ha advertido de que llegará al fondo del asunto.