Las negociaciones entre PP y Vox ya han empezado. Teodoro García Egea, secretario general del PP, y Ana Beltrán, presidenta del partido en la comunidad de Navarra, han sido los elegidos para reunirse con los representantes de Vox en el Congreso de los Diputados. Los de Abascal, agradecidos por el llamamiento y dispuestos a debatir y hacer valer su peso conseguido en los diferentes comicios, han sido capitaneados por Iván Espinosa de los Monteros, portavoz en el Congreso; Macarena Olona, secretaria del Grupo Parlamentario y Enrique Cabanas, vicesecretario de Presidencia.

Sin detenerse y con paso firme han llegado los tres representantes de la extrema derecha. Ante las preguntas de la prensa, referidas en su mayoría a la negativa reiterada de Ciudadanos a escuchar a su formación, Espinosa de los Monteros ha preferido guardar silencio, esquivar las cámaras y entrar directamente al salón en el que debatir los futuribles pactos con el PP y la constitución de mayorías que permitan derrocar a la izquierda en buena parte del mapa.

Lo mismo han hecho los populares, dejando sus impresiones para la rueda de prensa convocada tras la finalización de la cita. Dos horas y media de reunión que, tal y como ha explicado Espinosa de los Monteros, ha servido para encontrar el “ambiente de cooperación” necesario para llegar a acuerdos y no convertir en un “fraude” el voto de los ciudadanos en las urnas. El PP, liderado por Egea, ha repetido el mismo mensaje añadiendo que “ha sido un punto de partida interesante”.

Los populares, sabedores de la diatriba que han de afrontar, con sus dos socios preferentes (los únicos que pueden garantizar su mandato autonómico y municipal en plazas tan importantes como Madrid y Castilla y León) visiblemente enrocados en el desdén mutuo, han preferido empezar las negociaciones por separado y con la calma precisa para llevar a buen puerto las aspiraciones compartidas de la derecha: “Trataremos de ejercer como nexo, como punto de encuentro, para hacer que los ciudadanos no se sientan decepcionados con su voto”. Además, ha pedido a los naranjas que no se centren “en el camino, sino en el programa y en aquellas medidas en las que están de acuerdo”.

Son muchos los emplazamientos en los que un pacto a la andaluza, quién sabe si incluyendo a Vox en los equipos de gobierno, es la única forma de no perder un poder estructural y territorial que se ha puesto en cuarentena en Génova 13 en las últimas horas. Hay muchos líderes que abogan por renovar el partido, volver al centrismo y tratar de rehuir, en medida de lo posible, pactos con Vox. Sin embargo, la cúpula central, comandada por Casado y Egea, prefiere insistir en la fórmula a tres y hacerse con todos los lugares que la aritmética permita. Ahora bien, ante la pregunta de si incluir o no a Vox con puestos en los diferentes equipos de gobierno, el secretario general del PP ha pedido que cada partido sepa “qué representación tiene” y se ciña a acatar el mandato de las urnas.

El pulso que están manteniendo Ciudadanos y Vox está complicando, más si cabe, las negociaciones en la derecha. Vox se niega a ceder sus escaños sin que le tomen enserio, a aceptar el “trágala” de los naranjas. “El pacto a la andaluza no se repetirá. Quisimos tener un acto de generosidad pero no estamos conformes con repetir la misma fórmula”, ha alegado el portavoz del partido, antes de enumerar una serie de escenarios en los que Vox participaría de buen grado: un pacto a tres, una abstención de Ciudadanos frente a una coalición suya con los populares y, por último, un gobierno en solitario del PP apoyado por el resto de fuerzas.  

Por su parte, los de Rivera se enrocan en su posición tratando de mediar entre aquellos que no ven problemas en escuchar las demandas de los ultras y aquellos que amenazan con romper la disciplina de voto, fracturar el partido y hacer visible un desencanto generalizado con la forma de proceder del núcleo duro del partido.

Vox, pieza indispensable en los "Gobiernos por la libertad"

El Partido Popular tiene nuevo lema: “Gobiernos por la libertad”. “Frente a los mal llamados Gobiernos del cambio, denominados así por PSOE y Podemos hace cuatro años, nosotros queremos llevar a cabo gobiernos que luchen por la libertad de los ciudadanos”, decía Egea.

Ahora bien, el camino recorrido hasta ahora es positivo y los populares continuarán con las negociaciones, pero el calendario de pactos aprieta y convencer al resto de compañeros de viaje no será sencillo. “Quedan pocos días. Espero que las conversaciones fructifiquen y haremos todo lo posible con el rigor que nos caracteriza”, ha sentenciado el diputado azul. Por ahora, aplauden el decálogo presentado por Ciudadanos y las medidas debatidas con los de Abascal.

Con el reloj descontando segundos y el tablero en situación de tablas, mover la ficha precisa se prevé clave para combatir una lucha de egos sin cuartel emprendida en platós de televisión, declaraciones cruzadas y redes sociales.