El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska tiene ante sí el reto de organizar una estructura de la Policía Nacional y la Guardia Civil que satisfaga a ambos cuerpos, pero, sobre todo, que permita un funcionamiento coordinado y eficaz, después de los modelos de mando único implantado por Zapatero o el diversificado de Rajoy.

Marlaska recupera al DAO
Grande-Marlaska recuperará la figura del Director Operativo (DAO) en ambos cuerpos, suprimida en julio de 2017 por su antecesor en el cargo, Juan Ignacio Zoido, que optó por cuatro jefes centrales en la Policía (Seguridad Ciudadana, Información, Coordinación y Recursos Humanos) y en la Guardia Civil (Información, Ciberdelincuencia, Apoyo y Personal).

El nuevo ministro del Interior ha descartado el modelo de mando único para ambos cuerpos y ha fichado como director general de la Policía Nacional a Francisco Pardo Piqueras, quien fuera secretario de Defensa en el anterior Gobierno socialista. Para la dirección general de la Guardia Civil, Marlaska ha elegido al magistrado Félix Azón, exvocal del Consejo General del Poder Judicial.

Se trata en ambos casos de cargos políticos, falta ahora que se haga oficial el nombramiento de los directores adjuntos operativos, que son la cara visible en ambos cuerpos y que en el caso de la Guardia Civil ocupa el general con mayor jerarquía. El ministro del Interior ya ha anunciado a las asociaciones de guardias civiles representadas en el Consejo que se reunirá con ellos el 18 de julio, mientras que los sindicatos policiales confían en un encuentro antes de finalizar este mes.

El Gobierno descarta el modelo de mando único de Zapatero
Con esos fichajes, el Gobierno de Pedro Sánchez descarta el modelo de mando único aprobado en 2006, que inauguró Joan Mesquida y que pretendía coordinar ambos cuerpos de seguridad para una mayor eficacia. La estructura no funcionó en la práctica porque, según explican fuentes de la Guardia Civil a ElPlural.com, “tenía que haber sido algo más que una declaración de intenciones e implementar cambios operativos en los protocolos de colaboración”.

Policías y guardias "compiten" por méritos
Sin embargo, la coordinación entre la Guardia Civil y la Policía Nacional sigue siendo una asignatura pendiente. “Hay competencia y no colaboración porque detrás de los cuerpos de Seguridad del Estado hay personas con una carrera profesional, que buscan méritos. No se comparte información, algo tan sensible, como se debiera”, según explican fuentes de la AUGC, la asociación mayoritaria dentro de la Guardia Civil.

Guardias y policías “comparten lo que quieren y de manera sesgada. Cuando actuaban los comandos de ETA, se vivieron operaciones paralelas y se llegaron a ver discusiones para ver quién llegaba primero”, aseguran las mismas fuentes.

Fuentes del mayoritario Sindicato Unificado de la Policía (SUP) coinciden en que “hay rivalidad, aunque ésta no afecta la seguridad”.

“Hay una imperiosa necesidad de acometer un cambio para favorecer la eficacia. No puede ser que sólo en la Policía Local haya más de 2.200 cuerpos de actuación. Se triplican las funciones con la consiguiente burocracia. Hay municipios con unidades de intervención ciudadana, funciones que no tienen atribuidas”, añaden las mismas fuentes policiales.

Bastaría con cumplir la ley que regula las competencias de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, añaden, y citan como ejemplo que la Policía Nacional tiene atribuidas las funciones de proteger el medio rural y allí actúa la Guardia Civil.

“El nuevo ministro tiene ante sí el reto de regular de forma eficaz los cuerpos de seguridad. Sindicatos y asociaciones llevamos años denunciándolo y no se toman medidas”, lamenta el SUP.