La titular española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se este lunes en el plano internacional con un consejo de ministros de la Unión Europea (UE) en Luxemburgo en el que se perfilarán aspectos clave de la legislación comunitaria contra el cambio climático para 2030.

Los ministros debatirán una modificación en su posición conjunta sobre los objetivos comunitarios en eficiencia energética y en renovables, baremos que luego deberán negociar con el Parlamento Europeo.

Inicialmente, los 28 Estados miembros de la UE defienden un objetivo de mejorar un 30 % la eficiencia energética y de alcanzar una tasa de 27 % para renovables, frente al 35 % para ambos casos que pide de entrada la Eurocámara, con metas vinculantes para los países.

Pero los equilibrios podrían variar tras los recientes cambios de Gobierno en España e Italia, dos de los grandes países cuyos nuevos Ejecutivos tienen un discurso más ambicioso en sus proyectos de un transición energética.

"Espero que un cambio de posición de España pueda arrastrar a un cambio de posición en el consejo del resto de países", declaró a Efe el eurodiputado socialista José Blanco, ponente del Parlamento Europeo en materia de energía renovable.

La Eurocámara está dispuesta a flexibilizar su postura y dejar el objetivo "en torno al 34 % como mínimo", en línea con la recomendación de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, en sus siglas en inglés), explicó Blanco, quien apuntó que en el Consejo (que representa a los países) también se está hablando ya de un "31 o 32 %" en renovables.

Más allá de los escaños del Parlamento Europeo, entre las organizaciones ecologistas también esperan que España salga del grupo de los países más conservadores en la negociación, que se identifica con las tesis de Polonia, un país con una alta dependencia energética en el carbón.

Fuentes de organizaciones ecologistas consultadas por Efe sitúan junto a Polonia en el vagón de cola a países como Alemania, Hungría y Rumanía.

Entre los que más presionan por un acuerdo osado citan a Francia, Dinamarca, Bélgica, Holanda, Portugal o Luxemburgo, con Suecia y, ahora, España, de la que esperan esté a la cabeza del grupo en ambición, apostando en la negociación por el 35 %.

"En el último par de años, hemos visto más retroceso que progreso en las políticas sobre clima y energía en España", declaró a Efe el director para Europa de la Red de Acción Climática (CAN), Wendel Trio.

Esa organización espera que "Ribera, con su rica experiencia previa, ahora puede ponerse al día rápidamente y garantizar que el objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE para 2030 sea mucho mayor que el 40 %".

Para los ecologistas, solo así la UE podrá cumplir con sus compromisos para alcanzar el objetivo global de limitar el aumento de la temperatura media mundial a final de siglo por debajo de 2 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales, recogido por el pacto internacional alcanzado en París en 2015.

La nueva ministra española ha abogado por avanzar hacia un modelo energético mucho más biodiverso y situar a España a la cabeza de Eurpopa en materia de transición energética, pese a la dificultad de salir de un modelo con intereses creados.

En ese sentido, dicho consejo sevirá también para que los ministros debatan sobre el reglamento para la gobernanza de la Unión de la Energía, que debería ser el instrumento para garantizar una estabilidad y certidumbre que favorezca las inversiones financieras en el área de la energía limpia