En un acto caracterizado por la sobriedad y la brevedad, Pedro Sánchez ha prometido su cargo como nuevo presidente del Gobierno español. Cabe destacar que el nuevo jefe del Ejecutivo ha efectuado la fórmula de promesa al colocar su mano sobre un ejemplar de la Constitución, exactamente en la página 62, ya que es la que dicta las obligaciones del Rey acerca del Gobierno. Además, ha sido por primera vez en democracia en el que el acto se ha hecho sin presencia de la Biblia y del crucifijo.

Antecedentes

Durante la toma de posesión de Rajoy en el año 2011, el ya expresidente del Gobierno puso primero la mano sobre la Biblia y luego sobre la Constitución para jurar fidelidad a su cargo. Esa misma fórmula fue utilizada tanto por Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo como por José María Aznar. Sin embargo, los expresidentes socialistas Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero optaron por la promesa. 

Esta escena sirve para mostrar la diferencia entre el pensamiento conservador y el progresista. La laicidad y la fe. Mariano Rajoy, además, también usó la fórmula creyente para tomar cargo de su puesto como presidente del Gobierno en 2016. Durante el acto en el Palacio de la Zarzuela, vimos a Rajoy jurar su cargo ante un crucifijo y una Biblia encima de la mesa.

El Partido Popular y la derecha española siempre se han caracterizado por su alineacón católica y su postración ante lo estríctamente religioso. De hecho, a principios de 2017, el PP rechazó con su mayoría absoluta en el Senado, una moción del grupo de Unidos Podemos en la que quería instar al Gobierno a garantizar la neutralidad religiosa en los actos oficiales retirando los símbolos religiosos en las tomas de posesión del presidente del Gobierno y sus ministros. La moción del partido morado, debatida en la Comisión Constitucional de la Cámara Alta, ha contado con el apoyo del resto de grupos (PSOE, ERC y Grupo Mixto) pero con el voto en contra del Partido Popular.

Al ultracatólico Iñigo Méndez de Vigo, exministro de Educación, Cultura y Deporte, también le vimos jurar su cargo en 2015 ante un gran crucifijo de plata sobredorada y con una mano en una Biblia y otra en la Constitución. Una escena similar a la efectuada por Rafael Catalá como ministro de Justicia, quien también eligió hacerlo ante la cruz y con una mano en la Constitución y otra en la Biblia.